MADRID, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -
Riccardo Muti al frente de la dirección musical y Emilio Sagi como responsable de la dirección escénica llevan al Teatro Real la atmósfera española de 'I due Figaro' de Saverio Mercadante (1795-1870), una cita que contará sólo con cinco únicas funciones, entre el 25 de marzo y el 1 de abril.
La producción llega al coliseo madrileño tras su paso por los Festivales de Salzburgo y Rávena y, como ha explicado Gerard Mortier, director artístico del Real, se ha dado la casualidad de que la partitura de esta obra la hayan recuperado de la Biblioteca Histórica Municipal de Madrid los musicólogos Víctor Sánchez y Paolo Cascio.
'I due Figaro' es un melodramma buffo que Mercadante compuso en cerca de tres meses cuando tenía 31 años. Fue poco después de llegar a Madrid en 1826, para ocupar el cargo de Director del Teatro Príncipe.
Durante la presentación este viernes del espectáculo Muti, como buen napolitano, ha recordado la presencia de la Escuela Napolitana en el mundo y a la vez la de España en esa institución y en su relación con Nápoles. En su opinión, "la suerte ha querido que esta obra de Mercadante se hallase en Madrid".
Mercadante eligió para su primera ópera en España una trama que transcurre en Andalucía (contando para eso con un texto del célebre libretista Felice Romani) para así introducir en la partitura, inscrita en la gran tradición operística napolitana, una serie de danzas y ritmos de sabor español, como un fandango, un bolero, una tirana o una cachucha.
Riccardo Muti ha ensalzado la trascendencia de Mercadante, bien conocido como un "compositor serio" y de quien le ha sorprendido descubrir ahora con esta obra su lado "bromista". "Tuvo una enorme influencia sobre los músicos que vinieron después, empezando por Verdi", ha señalado. El maestro napolitano ha adelantado que el año próximo habrá una segunda obra de Mercadante en el Teatro Real.
Por otra parte, Muti ha subrayado que más que nunca en estos momentos de crisis, es imprescindible reivindicar el valor de la cultura: "Los Gobiernos, cuando necesitan cuadrar sus cuentas, lo primero que hacen es golpear a la cultura. Es un error gravísimo, especialmente en los casos de España e Italia. Cortar con la cultura es golpear la identidad cultural de un país. Europa tiene una historia cultural muy profunda y no se puede permitir que eso pase", ha sentenciado.
El maestro napolitano, que ha confesado su amor por España, ha recordado también que el "destino" fue el que quiso que se dedicara a la música aunque él se considera un "outsider" en este terreno. "La música me ha dado muchísimo, aunque también me ha pedido mucho a cambio, porque me he perdido el día a día", ha reconocido.
PERFUME SEVILLANO
Emilio Sagi ha calificado 'I due Figaro' de "genialidad" resaltando los "ritmos españoles y la atmósfera gozoza" que envuelven la partitura de Mercadante, llena de "sensibilidad". Asimismo, ha precisado que esta obra "debe leerse con el espíritu del momento, no puede transportarse y, aunque se busque una visión del 2000, debe hacerse con el perfume y la luz de aquella época".
La producción ha traído al Teatro Real el mismo equipo que creó la puesta en escena de 'Las bodas de Fígaro', de Mozart, en la temporada 2009-2010 (repuesta también en mayo del pasado año): junto a Emilio Sagi en la dirección de escena, Daniel Bianco en la escenografía, Nuria Castejón en la coreografía y Eduardo Bravo en la iluminación. Solamente cambia el figurinista, que en esta producción es Jesús Ruiz.
El mismo perfume sevillano que invadía entonces el escenario del Teatro Real está presente en este nuevo montaje, cuya acción transcurre en el mismo palacio del Conde de Almaviva, doce años más tarde: Figaro ha perdido su simpática picardía y es ahora un intrigante que intenta obtener dinero por casar a la hija del conde con un impostor.
El reparto está constituido por los jóvenes solistas Antonio Poli, Asude Karayavuz, Rosa Feola, Annalisa Stroppa, Mario Cassi, Eleonora Buratto, Anicio Zorzi Giustiniani y Omar Montanari, acompañados por la Orchestra Giovanile Luigi Cherubini y la Philharmonia Chor de Viena.
