MADRID, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
'El público', una de las obras más misteriosas y herméticas del poeta español Federico García Lorca, se convierte ahora en una ópera
que acogerá el Teatro Real a partir de la próxima semana en la que el flamenco y la electrónica tratan de evocar la esencia de su creación, su experimentación y la complejidad de sus reflexiones en la etapa final de su vida.
La obra se estrenara a nivel mundial el próximo lunes 24 de febrero y contará con ocho únicas funciones realizadas con un solo reparto, que se celebrarán los días 24 y 26 de febrero, 1, 4, 6, 9, 11 y 13 de marzo.
La puesta en escena de esta representación está basada en una obra inacabada de la que solo se conserva un boceto, a través del cual se ha ideado este proyecto, una iniciativa del anterior director artístico del Teatro Real, el fallecido Gerard Mortier, que celebrará su estreno mundial el próximo lunes 24 de febrero en el coliseo madrileño.
El director general del Teatro Real, Ignacio Garcia-Belenguer, y el director artístico de la institución, Joan Matabosch, han destacado este jueves durante la presentación de esta obra que la representación de 'El Público' está dedicada a Mortier, de quien el próximo 8 de marzo se cumplirá el primer aniversario de su muerte, según han recordado.
La complejidad, la experimentación y el misterio que rodean a esta obra no se limita únicamente a su contenido, sino que también hoy en día existen dudas y conjeturas acerca de su versión definitiva. Hay quienes aseguran que sí lo hizo, pero el autor del libreto, Andrés Ibáñez, está convencido de que Lorca no tuvo oportunidad de terminarla y, a su juicio, en una futura versión definitiva, el poeta habría dotado de una estructura diferente a la obra, en la línea con sus otras obras.
La versión oficial narra que en julio de 1936, antes de que el poeta abandonara Madrid, Lorca dejó a su amigo Martínez Nadal un paquete con papeles entre los que se encontraba el manuscrito de 'El Público', un boceto sobre el cual se basa ahora esta obra y que, tal y como ha señalado Ibáñez, iba a ser terminado. Sin embargo, no pudo cumplir su deseo, puesto que apenas un mes después fue fusilado.
'El Público' versa sobre la homosexualidad y sobre el teatro, en una búsqueda de fundir dos temas que comparten una misma búsqueda, según ha indicado Ibáñez. "Hay convicción en 'El Público' de que el arte puede transformar la vida", ha añadido, al tiempo que en las reflexiones de Lorca se percibe la voluntad de "no realizar un arte que acabe en el museo, sino crear una experiencia que afecte al público", motivo del título.
Preguntado acerca de cuál sería la respuesta del propio Lorca si hubiera tenido la posibilidad de ver esta pieza en escena, Ibáñez cree que habría "llorado" de "felicidad y de emoción", mientras que Mauricio Sotelo, responsable del apartado musical, ha opinado que "se lo pasaría bomba si viera este montaje en el escenario".
Sotelo ha relatado que su misión ha sido hacer llegar un texto "complejo, lleno de múltiples capas y figuras poéticas dispares", para lo que buscó "líneas vocales con un perfil melódico que ayudara a la comprensión del texto". En torno a ellas, se tejen "armonías espectrales". Todo ello, con una amplificación a base de 33 altavoces --aunque ha precisado que sin similitudes con el rock-- con el fin de hacer llegar los efectos de manera "intensa" y que sea la musicalidad lo que guíe al espectador.
NUEVO GÉNERO "ESPAÑOL"
El director musical de esta ópera, Pablo Heras-Casado, ha señalado que 'El Público' plantea la "oportunidad" de, "si no crear, recrear un género que hasta ahora se ha evitado por ciertos complejos históricos" y que remite a la "cultura española", algo que "Falla ya comenzó a vislumbrar" y que supone ver "alta cultura española en el escenario".
Heras-Casado (Granada, 1977) cuenta además con conocimientos sobre distintos palos del flamenco, algo que responde a cuestiones personales, según ha señalado, y que ha permitido "ahorrar mucho tiempo". Por su parte, Cañizares, intérprete de guitarra en esta pieza, ha señalado que su misión ha sido contribuir al "diálogo musical" que se crea en la concepción de dos mundos: la música contemporánea y el flamenco.
Por su parte, el escenógrafo de la obra, el escultor Alexander Polzin --quien ya colaboró en el Teatro Real en las piezas 'La página en blanco', 'La conquista de México' y 'Lohengrin'--, ha señalado que su trabajo consistió en "crear algo que pudiera desplegar las capas ocultas que se esconden en este texto". "La propia obra de Lorca cuestiona continuamente la división entre la realidad y el teatro", ha añadido.
