El Liceu abre su temporada operística con una versión "muy contemporánea" de 'Agrippina'

La mezzosoprano Sarah Connolly
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 13 noviembre 2013 16:56

BARCELONA, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -

El Gran Teatre del Liceu abre su temporada operística desde este sábado con una versión "muy contemporánea" de la ópera 'Agrippina' de Georg Frierich Händel (1685-1759) en tres actos, con 'libretto' de Vincenzo Grimani y estrenada en 1709 en el Teatro San Giovanni Grisostomo de Venecia.

La ópera presenta al emperador romano Claudio, a su mujer Agrippina y a la calculadora Poppea, en un retrato de la sociedad del momento, y que su director escénico, David McVicar, ha concebido como una comedia política y sexual que plantea cómo sería el mundo si el Imperio romano no hubiera acabado nunca.

En rueda de prensa en Barcelona, McVicar ha considerado a Händel como autor de óperas "cínicas, hilarantes y revolucionarias", y ha recordado que esta concretamente fue escrita para el público veneciano, con un resultado muy cínico y lleno de comedia.

"No es una actualización literal", ha dicho McVicar, que ha subrayado que la historia se ha traído a la modernidad, pero plantea cómo sería ahora el mundo si el imperio romano no hubiera terminado nunca en un drama popular dirigido a las masas diseñado como una versión muy musical, con coreografía.

Si en el siglo XVIII los actores y cantantes vestían la misma ropa que el público, en esta adaptación de la historia habrá la misma filosofía: los intérpretes llevarán la misma ropa que el público, algo que ha sido "todo un reto", según el director escénico y de vestuario, John Macfarlane.

Éste ha explicado que las dos mujeres enfrentadas, Agrippina y Poppea, aparecen vestidas, por ejemplo, con vestidos de Balenciaga para las escenas relacionadas con el poder, y con bata y kimono para las domésticas, trazando unos personajes "modernos y comprensibles".

"Ha sido muy divertido pesar cómo una de estas dos mujeres vestiría para asistir a un consejo de administración para impresionar o qué se pondría para seducir a su amante", ha resumido.

Macfarlane ha desvelado dos importantes símbolos: uno es el lobo que aparece en los tres actos como símbolo de un poder que va desvaneciéndose, y el otro, una escalinata que conduce a lo más alto de la esfera político-económica romana.

El director musical, Harry Bicket, ha explicado que esta es la primera obra maestra de Händel, de la que luego aparecerán pinceladas recurrentes en su cuarentena de óperas de madurez, y que denota la habilidad del compositor en la realización de obras populares y pegadizas con melodías "muy atrevidas", algo que proviene de su etapa al servicio del 'káiser'.

DOS MUJERES ENFRENTADAS

La mezzosoprano Sarah Connolly, en el papel de Agrippina, ha asegurado que la ópera no decae en ningún momento y que la dificultad de su papel radica en tener que ganarse al público, mientras que la soprano Danielle de Niesse --en el papel de Poppea--, ha asegurado que ambos personajes tienen en común la ambición política, convirtiendo la ópera en una guerra entre dos mujeres.

"Es una historia sobre quién tiene más herramientas para ganar", ha dicho De Niesse, enumerando el uso que hacen ambas de la persuasión, la manipulación y la sensualidad.