Archivo - La selección de Irán antes de un partido - Najeeb Almahboobi / TheMiddleFra / AFP7 / Europa P
BERLÍN 9 Dic. (dpa/EP) -
El presidente de la Federación Iraní de Fútbol, Mehdi Taj, no ha acogido demasiado bien que el duelo del Mundial del año que viene contra Egipto se ha programado en la ciudad estadounidense de Seattle el mismo día que se celebra el día del Orgullo y los dos países habrían presentado una protesta, según informaron este martes medios iraníes.
La decisión de la ciudad estadounidense de que este encuentro de la fase de grupos del 26 de junio sea una celebración de las comunidades de lesbianas, gays, bisexuales, trans, queer e intersexuales (LGBTQ+) se tomó antes de que se conocieran las dos naciones contendientes, y el calendario desvelado el sábado emparejó ese día a dos países donde la homosexualidad puede ser ilegal.
Y esto no ha sentido bien a Irán, con Mehdi Taj declarando a la agencia de noticias iraní 'ISNA' que era "un acto irracional que representa el apoyo a un grupo particular" y que era necesario seguir discutiendo sobre un cambio.
Por su parte, Hana Tadesse, del equipo organizador de la Copa del Mundial de la ciudad, dijo a la agencia de noticias alemana 'dpa' que la comunidad y la cultura LGBTQ+ de Seattle es una parte esencial de lo que hace especial a la ciudad y que el partido cae en su fin de semana del Orgullo.
Los actos homosexuales son ilegales en Irán y en algunos casos se castigan incluso con la muerte. En Egipto, existen delitos "para proteger la moralidad o la religión" en virtud de los cuales la homosexualidad también puede ser perseguida.
La FIFA no ha comentado nada sobre un tema que en el pasado Mundial de Catar, en 2022, ya fue centro de debate por el brazalete de capitán 'One Love' que algunas selecciones querían llevar y con colores similares a los de la bandera arco iris con el que se identifica al colectivo 'LGBTQ+' y como símbolo contra la discriminación y a favor de la diversidad en un país donde la homosexualidad también está prohibida. Poco antes del comienzo del torneo, el ente rector del fútbol prohibió a los equipos llevar el brazalete y amenazó con sanciones deportivas.