MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
Real Madrid y Bayern Munich, dos de los grandes equipos europeos, que naufragan en sus respectivas competiciones domésticas, confían en mudar radicalmente su momento de juego y aferrarse a la habitual magia que se vive en las noche europeas para mostrar su mejor cara al mundo.
Ambos ocupan la cuarta plaza en sus ligas, han comenzado 2007 generando las mismas y peligrosas dudas, pero están convencidos de que el regreso de Europa significará también la vuelta de los buenos resultados.
Eliminados los dos en la Copa, al menos los blancos mantienen una esperanza liguera, ya que los colíderes Barça y Sevilla siguen a sólo 4 puntos, mientras que para los muniqueses, ya a 12 puntos del primer puesto la única aspiración es conseguir al menos la tercera plaza que le permita estar el año que viene en Europa o ser el campeón.
Ateniéndose a sólo a los resultados y al mal momento de juego de ambos, que vienen de empatar en casa ante el Betis y de perder en el estadio del Alemania Aachen (1-0), receptivamente, precisamente los mismos rivales que les apearon de la Copa, el partido se presentaría como una película soporífera, con pocas ocasiones, aún menos goles y un aburrimiento sin parangón.
Pero Europa es otra historia. La afición madridista de las noches europeas es diferente y aunque la época de las históricas remontadas y el miedo escénico quedó muy atrás, público y jugadores blancos se hermanarán para tratar de sacar el resultado adelante.
SEQUÍA GOLEADORA
El principal problema de los blancos será, sin duda, su preocupante sequía goleadora. Marcar hoy en casa es prácticamente obligado para viajar a Munich (habitual coto prohibido y de sufrimiento para los blancos) con menos urgencias, pero los apenas dos goles marcados en los últimos cuatro partidos, ambos ante la Real generan más que dudas.
Reyes, ante el Mallorca y los de Beckham y Van Nistelrooy en Anoeta, ha sido los únicos marcadores de los blancos desde hace un mes, pero hoy, están convencidos de volver a doblegar a los muniqueses como ya hicieran en los octavos de final de la temporada 2003-2004.
Precisamente esa fue la última temporada en la que el Real Madrid consiguió superar una eliminatoria de la Liga de Campeones, ya que Juventus y Arsenal apartaron a los blancos de los cuartos de final en las dos últimas temporadas.
Un 1-1 en Munich y una victoria en casa por la mínima dieron entonces el pase a los blancos, eliminados después por sorpresa por el Mónaco y eso esperan repetir los madridistas con ayuda de su público y la labor de sus estrellas, obligados a rendir para no volver a poner en peligro a Capello.
El italiano salvó el 'match ball' en Anoeta, pero su futuro depende en gran medida de lo que suceda mañana, ya que después llegan los dos derbis ante Atlético y Getafe, la vuelta de la 'Champions' y el Barcelona, en una cuesta que puede convertirse en muy escarpada si los resultados no son los esperados.
El técnico afronta, además, el partido con las bajas de Cicinho, Diarra y, sobre todo, Sergio Ramos, aunque Cannavaro, que también arrastraba molestias desde el sábado estará listo, y Roberto Carlos podría volver tras más de un mes de lesión, para estar en defensa junto a Helguera y Torres.
Las dudas surgirán después en el centro del campo, donde el italiano deberá decidir si alinea a Emerson, pese a las críticas recibidas o prefiera en el centro del campo a Guti o incluso Beckham dejando sitio para Reyes.
EL PEOR BAYERN SIGUE SIENDO UNA SERIA AMENAZA
Pero si el Real Madrid no está bien, igual o peor llegan los muniqueses, que han tenido que volver a echar mano del histórico Ottmar Hitzfeld en sustitución de Félix Magath para tratar de revertir una situación que es casa vez más complicada.
Después de acabar el año eliminados de Copa, aunque terceros en la Bundesliga y a sólo tres puntos de FC Schalke 04 y Werder Bremen, el nuevo año no pudo comenzar peor para los bávaros, ya han sumado tres derrotas en los partidos disputados lejos de casa y apenas un empate sin goles y una victoria por la mínima frente al Arminia Bielefeld.
En total sólo tres goles a favor, el de Makaay en el triunfo de hace diez días y los dos en el estreno en la derrota ante el Borussia Dortmund (3-2), mientras que han encajado siete, lo que les colocó, en palabras de su propio técnico "con la soga al cuello".
Ese lastre desean quitárselo hoy, sacando un buen resultado del Bernabéu, que les permita afrontar la vuelta de la eliminatoria con garantías y con posibilidades de hundir a los blancos y salir ellos mismos a flote.
El Bayern no ha vencido en sus tres últimas visitas a España, pero, tras acabar líder invicto de su grupo en la primera fase, espera ganar como hiciera en Milán y Lisboa, y encarrilar un triunfo, tras ser eliminado el año pasado también en octavos, ante el Ac Milan (1-1 y 4-1).
