EDIZIONES, 12 Jul.
En ocasiones, nuestras mascotas hacen pequeñas trastadas en casa, sobre todo si hay comida de por medio. Es muy típico que te destrocen calcetines, zapatos, jueguen con el papel higiénico, rompan algún vaso... Cosas así.
Cuando esto pasa, los dueños les 'echan la bronca' intentando enseñar (con más o menos acierto) a su querida mascota que eso no se hace y que no lo repita más. Es en ese preciso momento cuando te miran con esos ojitos de cordero degollado que hace temblar tu determinación. Como el caso de este pequeño pug.
El animalito estuvo jugando con unos vaso de cristal un tanto delicados... y claro, uno de ellos acabóhecho añicos en el suelo. El perrito, sabedor de que había hecho algo malo puso esta cara de culpable que te va a llegar al alma. Seguro que te apiadarías de él...
¿Verdad que lo que te sale es querer darle un achuchón? Con esa carita de pena y de culpable... ¡Y esos ojos! Es un perfecto ejemplo para comprender la famosa frase: 'la cara es el espejo del alma'. Desde luego que con esa expresividad este pug no podría jugar al poker como aquellos famosos del cuadro...