MADRID, 29 Oct. (EDIZIONES) -
El día más terrorífico del año está rodeado de un sinfín de leyendas y tradiciones. A continuación repasamos algunas de las más clásicas (y algunas de las más curiosas).
HALLOWEEN (IRLANDA)
La mayoría de expertos apuntan a que el archiconocido Halloween nació como el festival de Samaín. Las tribus celtas de Irlanda consideraban que la frontera entre el mundo de los vivos y el de los muertos se volvía especialmente delgada durante la madrugada del 31 de octubre al 1 de noviembre, que marcaba el final de la época de la cosecha y el año nuevo.
Para mantener alejados a los espíritus que quisiesen darse una vuelta por el mundo de los vivos, los celtas organizaban una celebración en la que vestían disfraces terroríficos y encendían grandes hogueras. Fueron los emigrantes irlandeses los que llevaron la tradición a Estados Unidos (EEUU) durante del siglo XIX.
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Algunas de las tradiciones más asociadas con Halloween se desarrollaron posteriormente, pero siguieron teniendo como objetivo alejar a los malos espíritus. Buen ejemplo de ello son las 'jack-o-lantern', las calabazas con rostros aterradores.
Esta costumbre se inició como respuesta al historia de 'Jack el Tacaño', una leyenda irlandesa que habla sobre un hombre borracho, mentiroso y manipulador que le vendió su alma al diablo, que se libró de entregársela gracias a sus trampas y que está condenado a vagar entre el mundo de los vivos y el de los muertos desde aquel entonces, ya que Dios no le deja entrar en el cielo.
EL DÍA DE LOS MUERTOS (MÉXICO)
El Día de los Muertos tiene lugar durante el uno y el dos de noviembre, cuando las almas de los niños fallecidos primero y de los adultos difuntos después visitan el mundo de los vivos. Los participantes de esta celebración mexicana no persiguen ahuyentar a los malos espíritus en ella, sino ponerse en contacto con sus seres queridos fallecidos.
Para recibir a los difuntos, los mexicanos dejan ofrendas en los altares con las que solían ser sus comidas y bebidas favoritas. Estos obsequios no se deben tocar hasta que las almas de los muertos regresan al cielo, al infierno o al purgatorio el día dos.
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Tras eso, los platos se comparten entre familia y amigos. Esto implica que, por unas horas, los cementerios abandonan su aspecto tétrico y pasan a albergar grandes festines.
Los disfraces de catrina no tienen su origen en el Día de los Muertos, a pesar de que sea uno de los disfraces más asociados con esta fiesta. Nacieron como caricaturas políticas, sonoras críticas a aquellos mexicanos pobres que pretendían tener un nivel de vida mucho más alto al real.
EL FESTIVAL DE LOS FANTASMAS HAMBRIENTOS (HONG KONG, CHINA)
La eternidad puede ser tremendamente larga, así que los chinos realizan elaboradas ofrendas durante el Festival de los Fantasmas Hambrientos para permitir que sus seres queridos fallecidos vuelvan a disfrutar de los placeres terrenales.
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Durante las semanas que dura esta celebración budista, que tiene lugar durante el séptimo mes del calendario lunar, los participantes ofrecen comida a los difuntos y queman ropa y dinero falso. A su vez, les reservan la primera fila de los espectáculos públicos que se organizan (habitualmente, óperas).
EL FESTIVAL DE LAS VACAS (NEPAL)
Los nepalíes ayudan a los fallecidos a llegar al cielo con una procesión en la que cada familia con algún miembro que haya fallecido ese año debe participar guiando una vaca, animal sagrado en el hinduísmo.
KATALOWEEN (PARÍS, FRANCIA)
Aunque Halloween tenga su origen en Irlanda, son muchos los lugares del mundo que desde hace décadas han adoptado la costumbre de celebrar esta fiesta. Buen ejemplo de ello es Francia, donde parte de la población se resiste a participar en esta tradición tan poco típica del país y otra parte --los más jóvenes-- disfrutan de las fiestas de disfraces.
Una de las celebraciones más extremas es 'Kataloween' de París, donde los participantes se arriesgan a una multa al colarse en las famosas catacumbas de la ciudad para beber, bailar y, en general, festejar la noche del 31 de octubre.
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