MADRID 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Es común en muchas cocinas que los electrodomésticos terminen adueñándose de las encimeras. Microondas, tostadoras, cafeteras, robots de cocina, freidoras de aire o batidoras comparten un espacio que cada vez deja menos margen para preparar los alimentos. El resultado es doble: falta de superficie útil y una sensación constante de desorden, incluso cuando la cocina está perfectamente limpia.
Esa percepción responde a lo que los interioristas denominan ruido visual: un exceso de objetos, colores y cables que rompe la armonía del conjunto. Este tipo de saturación no solo afecta a la estética, sino también a la percepción de amplitud y descanso visual. En una encimera despejada, la mirada fluye; en una llena de aparatos, el ambiente se vuelve más pequeño y caótico. De ahí que cada vez más personas busquen formas de mantener los electrodomésticos ocultos sin renunciar a la funcionalidad diaria.
La buena noticia es que existen soluciones para todos los hogares. Desde muebles diseñados para esconder los aparatos sin desconectarlos hasta trucos sencillos que funcionan en pisos pequeños o en viviendas de alquiler, mantener el orden visual en la cocina es posible con un poco de planificación.
SOLUCIONES CON MUEBLES O INTEGRACIÓN
En las cocinas con más espacio o en reformas recientes, lo ideal es apostar por electrodomésticos integrados o panelados, cuyas puertas se mimetizan con el mobiliario. Frigoríficos, lavavajillas, hornos y microondas pueden pasar desapercibidos si comparten el mismo acabado que los armarios. De esta forma, la cocina gana uniformidad y la vista se libera de contrastes.
Para los aparatos pequeños -como tostadoras, cafeteras o licuadoras- una buena alternativa son los muebles con persiana o puertas escamoteables. Permiten ocultarlos cuando no se usan y mantenerlos conectados para acceder a ellos con solo abrir el frente. También resultan prácticas las columnas con estantes deslizables o los armarios con doble fondo, que almacenan los electrodomésticos sin ocupar espacio en la encimera.
Otra opción frecuente entre los diseñadores de interiores es ocultar zonas completas de trabajo detrás de puertas correderas o plegables, de modo que, al cerrarlas, la cocina recupera una apariencia ordenada y uniforme. Estas soluciones requieren cierta obra o mobiliario a medida, pero son las que mejor resuelven el problema del ruido visual a largo plazo.
IDEAS PARA ESPACIOS PEQUEÑOS O VIVIENDAS DE ALQUILER
Cuando no hay posibilidad de reformas ni de instalar nuevos armarios, también se puede lograr una cocina más calmada visualmente con recursos sencillos y reversibles. Un primer paso es guardar los electrodomésticos en armarios estándar o cajones cuando no se usan. A veces basta con reorganizar el interior para hacerles hueco.
En las encimeras pequeñas, conviene agrupar los aparatos en cestas, bandejas o cajas decorativas. Este gesto tan simple ayuda a generar orden visual, ya que la mirada percibe un solo bloque en lugar de varios objetos dispersos. Otra opción es aprovechar el espacio vertical, instalando baldas de esquina, ganchos o pequeños estantes flotantes para colocar electrodomésticos ligeros sin saturar la encimera.
Quienes viven de alquiler pueden recurrir a organizadores sin taladros, cestas colgantes o adhesivas que se mueven fácilmente sin dañar el mobiliario. También conviene elegir electrodomésticos de diseño sencillo o en tonos neutros, similares al color del mobiliario, para integrarlos mejor en el conjunto. Y si el espacio lo permite, mantener solo los aparatos de uso diario a la vista y guardar el resto fuera del campo visual.