EDIZIONES, 7 Mar.
Rachel Harriman es una joven estudiante de la Universidad de Ohio de 19 años que debía de haber entregado un trabajo de una asignatura a su profesor el pasado lunes 20 de febrero, fecha límite de entrega, pero no fue capaz de hacerlo. Escribió un correo electrónico a su profesor pidiéndole disculpas por entregar con retraso el trabajo solicitado y le dio la razón por la que se había retrasado unas horas. Decidió no mentir sobre ello; es más, quiso ser verdaderamente sincera con él.
Este es el e-mail que envió a su profesor:
“Querido profesor Steigerwald,
Lo siento mucho por entregar esta sinopsis tan tarde.
Mi novio rompió conmigo inesperadamente en la tarde de ayer y era un completo y descentrado desastre, que no contó con que el hipo consumiera tanto tiempo que pudiera afectar a mi productividad del domingo.
Esto, obviamente, no volverá a pasar ya que (ahora) no tengo ninguna relación y no tendré a nadie con quien romper el próximo domingo.
También lo siento por ser esto un poco incómodo. Lo es también para mi.
Lo mejor,
Rachel Harriman”
La joven hizo una foto de su escrito y la publicó en su cuenta de Twitter. Las respuestas y los mensaje de apoyo no se hicieron esperar. Pero la mejor respuesta de todas fue la que le dio su profesor cuando le contesto al correo electrónico que le había enviado:
“Querida Rachel,
Bueno, así es la vida. Parece un buen momento para ir a Europa”.
El comprensivo profesor, además de mandar ese mensaje de apoyo a su alumna, hizo una excepción y, a pesar de que el trabajo llegó con unas horas de retraso, lo evaluó como si hubiera sido entregado a tiempo, calificándola con una nota de B+, según ella misma afirmó para Buzzfeed.
¿No te parece una respuesta estupenda al e-mail? Ojalá hubiéramos tenido esos profesores tan comprensivos...
