EDIZIONES, 24 Abr.
¿Qué efecto psicológico tiene en los seres humanos el cabello de la cabeza para sentir auténtico pánico cuando nos lo cortan? Da igual que tengamos cuatro años que cuarenta, la ansiedad puede ser la misma, aunque con cuatro no tenemos la habilidad de controlar nuestras emociones y valorar si realmente merece la pena tanto drama por algo que tarde o temprano volverá a crecer.
En esa situación se encontraba Valor, un pequeño de cuatro años, que un buen día decidió coger la rapadora de papá y hacerse unos bonitos trasquilones. Antes de que los padres de Valor volvieran a casa, la abuela del pequeño les llamó para informarles de lo sucedido. Cuando llegaron, el niño estaba demasiado nervioso como para querer enseñárselo a su madre.
"¿Quieres que mamá lo arregle?", preguntó Nicole, madre de Valor, a su hijo. "Sí, ¡por favor soluciónalo!", le suplicó éste sin saber que su madre se refería a igualar el resto del pelo con los trasquilones. Imaginaos el susto y el disgusto que se llevó el pequeño cuando se vio rapado del todo. Todo un drama.
Por suerte, ahí estaba mamá para explicarle que su nuevo corte de pelo no era para toda la vida, que el pelo crece. No fue hasta entonces cuando Valor sonrió.
"Él todavía sigue preguntando que si su pelo volverá a estar de vuelta para Navidad", dijo su madre a ABC News. "No sé por qué ese es su objetivo", agregó Nicole riéndose.
¿Por qué será?
