Economía/Empresas.- REE comenzará este año las pruebas del enlace eléctrico submarino entre Sagunto y Mallorca

Actualizado: jueves, 17 abril 2008 19:28

VALENCIA, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -

El director del proyecto del enlace eléctrico submarino que unirá Sagunto y Calviá, en Mallorca, y delegado de Red Eléctrica de España (REE) en Baleares, Ramón Granadino, aseguró hoy que este año comenzarán a realizar "alguna prueba en zonas similares y cercanas al lugar definitivo donde se ubicará el cable", cuya instalación definitiva está prevista para 2010 y supondrá una inversión de 375 millones de euros.

Granadino hizo estas declaraciones durante la presentación del proyecto, denominado 'Rómulo', en Valencia. En el acto estuvo acompañado por el director general de Transporte de Red Eléctrica de España, Carlos Collantes, así como por Manuel Achaerandio, director de Sistemas de Prysmian que será la empresa encargada de la fabricación y tendido de los cables submarinos. Asimismo, también estuvo presente Juan Miguel Pérez, director de Alta y Media Tensión de Siemens, compañía que se ocupará de la instalación de las estaciones conversoras que se ubicarán en los extremos de los cables.

El director del proyecto destacó los "retos tecnológicos" que supone esta iniciativa, como la longitud del cable, que será de 237 kilómetros y a una profundidad máxima de 1.485 metros, esto la convierte en la segunda en el mundo en la que los cables discurren a esta profundidad, distancia que sólo supera el enlace entre Cerdeña y la Italia peninsular que alcanza los 1.600 metros.

La elección de la subestación de Morvedre en Sagunto para conectar la red eléctrica peninsular con Baleares se debió, según explicó Granadino, porque resultó "la más viable", por su cercanía y menor inclinación del terreno desde la costa hasta el fondo marino, y la de "menor impacto ambiental", motivo por el que se descartaron otras subestaciones como La Eliana, Beneixama y La Plana en la Comunitat, o Torreblanca y Vandellós en Tarragona.

Preguntado por la posibilidad de haber realizado el proyecto junto al gasoducto que unirá Denia e Ibiza, Granadino indicó que la instalación de ambas infraestructuras es "técnicamente muy diferente y el trazado por el que estará sumergido el gasoducto no es favorable para los cables eléctricos".

Por su parte, Carlos Collantes aseguró que el enlace "beneficiará tanto a Baleares como al transporte eléctrico en la Comunitat", sobre lo que explicó que Baleares, a pesar de ser un sistema menor, "podrá apoyar el suministro en algún momento determinado en que exista una dificultad en la zona de Valencia".

ENLACE SUBMARINO.

La conexión se realizará desde la estación de Morvedre, en Sagunto (Valencia), a la estación de Santa Ponsa en Calviá (Mallorca) con un cable bipolar --dos cables, de los que uno actuará como retorno-- de un diámetro aproximado de unos nueve centímetros que soportará una potencia máxima de 400 megavatios (MW).

La particularidad del proyecto es que, dada la extensión del tramo que se quiere conectar, la corriente alterna --que es la habitual-- no es efectiva, por lo que se ejecutará con corriente continua. Esto implica la construcción de una estación conversora en cada extremo del cable para transformar la corriente alterna que circula por la red de transporte en corriente continua en la zona emisora de la electricidad y viceversa en la zona receptora para adaptarla nuevamente a la corriente alterna.

Así, "la finalidad de la conversión de la energía es que fluya en las condiciones más optimas por el cable submarino y reducir las pérdidas que, debido a su longitud, generaría en el transporte", aseguró Ramón Granadino.

El proyecto se encuentra en fase de exposición pública ya que en febrero se inició la tramitación del estudio de impacto ambiental y de los proyectos de ejecución y, posteriormente, se prevé prolongar el cable hasta la isla de Ibiza.

El barco Giulio Verne, de la empresa Prysmian, con capacidad de 70 toneladas y precisión en la ubicación de menos de un metro, colocará el cable ininterrumpidamente en un plazo previsto de unas cuatro semanas. Este trabajo estará supervisado por un control remoto que visualizará cómo se posiciona el cable en el lecho marino y hará una memoria de las coordenadas exactas en las que se ubica.

Por último, antes de realizar las pruebas pertinentes para la puesta en servicio del enlace, el cable se enterrará en el suelo marino mediante un sistema de agua a presión para evitar posibles deterioros y lograr que su vida útil, marcada en 40 años, la supere en condiciones óptimas.