Publicado 08/12/2019 17:48

Así es la Cumbre Social por el Clima: Charlas y talleres para "decir lo que no se cuenta" en la COP25

COP25.- Indígenas, jóvenes y organizaciones presentes en la COP25, también en la
COP25.- Indígenas, jóvenes y organizaciones presentes en la COP25, también en la - EUROPA PRESS

Cerca de 70 actividades y mercadillos centran la jornada de más afluencia en esta 'contracumbre'

   MADRID, 8 Dic. (EUROPA PRESS) -

   Movimientos indígenas, jóvenes y organizaciones ecologistas, muchos de ellos presentes en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) que arrancó el pasado 2 de diciembre en Madrid, también están presentes en la Cumbre Social por el Clima, más conocida como la 'contracumbre', que sirve como alternativa a la COP25.

   "El objetivo de la Cumbre Social es funcionar como movimiento de contestación frente a la Cumbre oficial para decir lo que no se está diciendo entre las cuatro paredes de la Cumbre oficial", señala en declaraciones a Europa Press uno de los portavoces de la iniciativa, Samuel Martín-Sosa, responsable de Internacional en Ecologistas en Acción.

   En la jornada de este domingo hay programadas cerca de 70 actividades, entre charlas, debates, talleres y ponencias sobre diversos temas relacionados con la lucha contra el cambio climático, la defensa del medio ambiente y los derechos humanos, desde conciencia ecológica, cicloturismo, justicia climática, activismo o feminismo, entre otros muchos. Hay entre 350 y 400 colectivos participando en la 'contracumbre', de las cuales un 30% son internacionales.

   Al igual que la "Cumbre oficial" que se celebra estos días en Ifema, esta "Cumbre alternativa" comienza desde bien pronto sus actividades, a las 10.00 horas, y termina, cada día, con asambleas plenarias de 19.00 a 21.00 horas, donde se da a conocer y resume cómo van las negociaciones en la COP25 y cómo se está desarrollando la Cumbre Social. Del mismo modo, en esta Cumbre Social tiene bastante peso América Latina.

   El Edificio Multiusos de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), situado en Ciudad Universitaria, es la sede de esta 'contracumbre', en la que están habilitadas hasta 37 aulas para acoger las actividades. Cada aula ha sido 'rebautizada' con el nombre de un "defensor de la tierra asesinado", según comenta Martín-Sosa, como Guy Bradley, Dorothy Stang, Wilson Pinheiro de Souza, Golfrid Siregar, Josefina Reyes o Juana Raymundo, entre otros.

   Muchas de estas aulas están tan abarrotadas que no cabe más gente en su interior y quienes quieren entrar, tienen que seguir la conferencia desde la puerta.

UN ESPACIO PARA ESTABLECER ALIANZAS

   Nada más entrar en el edificio, varias mesas reciben a los asistentes con información y multitud de panfletos y folletos. A un lado, se encuentra un panel con la programación del día, escrito a mano. Numerosos carteles decoran la entrada en la planta baja del edificio, con eslóganes combativos tanto en inglés como en español. Hay actividades tanto en la planta baja como en la primera y segunda.

   Gente de todo tipo, desde jóvenes a mayores, mochileros, indígenas, algunos de ellos participantes de la Cumbre oficial, acuden a esta Cumbre Social antes del mediodía en este frío domingo de otoño.

   Ejemplo de ello es Nidia Hidalgo, de Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES), una organización presente en la COP25 y también en esta Cumbre Social. Hidalgo ha asistido a la charla '¿Qué esperamos de la COP25? Análisis y reflexiones desde América Latina', organizada por Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático.

   Hidalgo ve esta Cumbre Social como un espacio donde "poder conocer otros movimientos, establecer alianzas y conocer experiencias". "Esta lucha no la podemos hacer solos", reivindica la joven, que lamenta que en la COP25, en la que participa su organización, "hay más empresas y gobiernos" que organizaciones sociales.

   Para este domingo se esperan cerca de 1.500 personas, según indica Martín-Sosa, una de las jornadas que la organización prevé que sea de las más exitosas, al coincidir con el Puente de la Constitución. Para el resto de jornadas, la organización estima una asistencia de unas 1.000 personas.

   Además, se suma que no haya actividad este domingo en la Cumbre oficial, circunstancia que aprovechan algunos de los asistentes y participantes para acudir a esta cita menos política y más social, en la que podían verse varias personas luciendo el 'kit' de bienvenida de la COP25 (un 'saco-mochila' con el logotipo del encuentro de la ONU), así como algún que otro negociador.

   "Hay gente que solo participa aquí, gente que participa en la COP y gente que tiene un pie en cada espacio; en las asambleas plenarias diarias hay gente de allí (COP25) que habla sobre cómo van las negociaciones", explica Martín-Sosa.

MERCADILLOS, PETICIONES DE FIRMAS Y COMIDAS

   Pero no solo hay charlas y debates. En la planta baja, junto a la cafetería, un señor insta a los asistentes a firmar una petición por la vivienda digna en Europa. Su nombre es José Falcao y es miembro de SOS Racismo Portugal.

   Según relata, esta petición de firmas se pretende entregar en marzo de 2020 al Parlamento Europeo. El objetivo es llegar a un millón en toda Europa. En dos días en la Cumbre Social, ha conseguido unas 200.

   Y en la primera planta, una decena de personas se detiene en una especie de mercadillo de artesanía. Weya Cahuiya, indígena de Yasuní (Ecuador), es una de las tenderas. "Acá venimos para promocionar cómo mantenemos, cómo usamos la selva, nosotros compartimos y convivimos con esta selva, de la que nosotros vivimos allí, en Ecuador, en la Amazonía", explica a Europa Press, mientras muestra algunos de los productos que tiene a la venta, como collares, pulseras, paneras o chocolate. Su 'mercadillo' estará durante toda la Cumbre Social.

   Cahuiya, una de la veintena de indígenas que este domingo ha estado por la Cumbre Social por el Clima, asegura que se pasará por la COP25 el lunes o el martes para exigir al Gobierno ecuatoriano "respeto" por los territorios de su comunidad. "Si mandan sacar más recursos, no vamos a tener selva", advierte.

   Sobre las 13.45 horas un fuerte aroma inunda el exterior del edificio anunciando la hora de comer. Dos personas preparan una especie de 'guiso' por un módico precio. Mientras, en los alrededores del edificio sigue habiendo movimiento: a las 15.30 hay programadas 11 actividades.