BRUSELAS, 27 May. (EUROPA PRESS) -
Los ministros de Cooperación y Ayuda al Desarrollo de la Unión Europea reafirmaron hoy en Bruselas su "firme compromiso" de destinar el 0,56% de su Producto Interior Bruto (PIB) a ayuda al desarrollo en 2010 y el 0,7% en 2015, tal y como acordaron los Estados miembros en mayo de 2005, a pesar de en 2007 la ayuda de los Estados miembros al desarrollo, por primera vez, descendió globalmente, pasando del 0,41% del PIB en 2006 al 0,38% el año pasado.
Estos compromisos deben traducirse en un incremento de más de 66.000 millones de euros de ayuda al desarrollo por parte de la Unión Europea en 2010. "Al menos la mitad de este incremento colectivo deberá destinarse a África", según consta en la declaración de conclusiones adoptada este martes por los ministros de Cooperación de la Unión Europea para alcanzar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU (ODM) para reducir a la mitad la pobreza y el hambre en el mundo a la altura de 2015.
Con el objetivo de "acelerar la consecución" de los ODM en los siete años de plazo que quedan por delante, el Consejo de ministros de Cooperación de la UE animó a los Estados miembros a "establecer lo antes posible calendarios multianuales indicativos que ilustren cómo tienen pensado alcanzar, dentro de sus presupuestos nacionales y competencias existentes, sus respectivos objetivos" en este sentido, sobre todo, teniendo en cuenta la proximidad de la Conferencia de Doha para revisar a finales de año los logros alcanzados para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
A pesar de que España, Países Bajos, Suecia y Bélgica defendieron, en las discusiones previas a la reunión de ministros de Cooperación, que los Estados miembros elaboraran calendarios anuales obligatorios, otros países como República Checa, Italia y Francia se han mostrado en claro desacuerdo. Los Veintisiete admitieron hoy no obstante la importancia de garantizar flujos de ayuda "estables, multianuales y previsibles" para cumplir los ODM y reconocen la necesidad de que haya "una mejor programación y desembolso de la ayuda" al desarrollo por parte de los Veintisiete.
Asimismo, la Unión Europea trabajará para lograr el objetivo colectivo de destinar 2.000 millones de euros anuales en 2010 --a partes iguales entre los Estados miembros y la Comisión Europea-- para apoyar el comercio en los países en vías de desarrollo. La mitad de esta ayuda, irá destinada a los países de las regiones de África, Caribe y Pacífico, con las que Bruselas trata de cerrar nuevos acuerdos comerciales que sustituyan a los anteriores de Cotonou, declarados ilegales por la Organización Mundial del Comercio el año pasado.
Por su parte, la presidencia eslovena de la Unión Europea destacó hoy su intención de "identificar acciones sujetas a calendario en materias clave como la educación, sanidad y igualdad de género, agua potable, agricultura, crecimiento e infraestructura" que contribuyan a acelerar el cumplimiento de los ODM.
A juicio de los Veintisiete, para poder cumplir los ODM, es necesario promover en los países en vías de desarrollo los Derechos Humanos, Estados democráticos, políticas que fomenten la igualdad de género, así como políticas medioambientales sostenibles. También consideran necesario fomentar en los mismos políticas de crecimiento económico inclusivas e impulsar el desarrollo del sector privado como "condiciones clave" para contribuir a reducir la pobreza en el mundo. Asimismo, los Veintisiete se comprometen a mejorar "la eficacia y distribución" de su ayuda al desarrollo.
Los ministros recalcaron hoy que todavía es posible cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio "siempre y cuando se impulse una acción concertada inmediatamente y de forma sostenible hasta 2015", según el texto de conclusiones. No obstante admiten el contraste entre los avances registrados en Latinoamérica, Asia, Oriente Próximo y el Norte de África en comparación con la situación del África subsahariana, que sigue concentrando "a la mayor proporción de personas que viven en extrema pobreza" y donde peligra el cumplimiento de los ODM.
IMPACTO DEL PRECIO DE LOS ALIMENTOS
Por otra parte, los ministros de Cooperación de la Unión Europea tuvieron la oportunidad de analizar este martes la crisis alimentaria durante su almuerzo de trabajo junto al director ejecutivo adjunto del Programa de Alimentos Mundial de la ONU, John Powell, y al director general de la FAO, Jack Diouf, que, por su parte, han detallado a los ministros las actividades que llevan a cabo para paliar los efectos de la crisis alimentaria en el mundo.
Los Veintisiete recalcaron en sus conclusiones "la determinación de la Unión Europea de aumentar sus esfuerzos para proporcionar una respuesta eficaz colectiva a los nuevos desafíos" que representan el cambio climático y el elevado precio de los alimentos en buena parte del mundo para el cumplimiento de los ODM.
Los Veintisiete se comprometen a "dar una respuesta colectiva" a la crisis alimentaria mundial a través de "una combinación de medidas a corto, medio y largo plazo" que contribuyan a la estabilidad de los precios alimentarios al admitir que los elevados precios actuales "están poniendo mucha presión en los países en vías de desarrollo y, especialmente, en los colectivos más débiles".
Asimismo, reclaman que la Unión Europea "vigile estrechamente el impacto" de sus políticas para promover los biocombustibles en el conjunto de Europa por "los riesgos y las oportunidades" que representan para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En cambio, los Veintisiete se comprometen a "ayudar a los países en vías de desarrollo a beneficiarse de las nuevas oportunidades que ofrecen los mercados de energías renovables para combatir la pobreza".
A corto plazo, los Veintisiete han recalcado su disposición de "aumentar sus contribuciones financieras" en concepto de ayuda humanitaria de emergencia para paliar la crisis, mientras que, por su parte, la Comisión Europea destinará en 2008 un total de 283 millones de euros. A medio y largo plazo, los ministros se han comprometido a, entre otros, desalentar las restricciones y prohibiciones a las exportaciones de alimentos, reforzar su apoyo a las inversiones público-privadas en la agricultura, infraestructuras y suministro energético de los países en vías de desarrollo.
La crisis alimentaria será debatida por los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea en su próxima reunión de junio, tal y como le pidió el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, al presidente del Ejecutivo comunitario, Jose Manuel Durao Barroso, en una carta que le remitió hace unos días.