La Fundación Ciudadanía y Valores (www.funciva.org) es una institución independiente, formada por profesionales de diferentes áreas y variados planteamientos ideológicos, que pretende crear un ámbito de investigación y diálogo que contribuya a afrontar los problemas de la sociedad actual desde una perspectiva de cooperación y concordia, con el fin de ayudar positivamente a mejorar a las personas, la convivencia y el progreso social. Andrés Ollero es su presidente y recientemente presidió el II Simposio Internacional de Inmigración, celebrado a finales del mes de marzo.
.- ¿Qué actividades lleva a cabo la Fundación Ciudadanía y Valores?
La fundación surge por el convencimiento de dos antiguos diputados vinculados al mundo académico, Javier Paniagua (doce años diputado del PSOE) y yo mismo (más de diecisiete años diputado del PP), de que España necesita nuevos espacios de reflexión intelectual y debate de expertos, ante la constatación de que los vínculos partidistas y, en ocasiones, los confesionales, tienden a bloquear el análisis de los problemas y abocan a un enfrentamiento dialéctico poco fructífero.
A lo largo de nuestro primer año de trabajo hemos buscado esa reflexión sobre asuntos públicos tan diversos como de particular actualidad: la Carta Europea de Derechos, la inmigración, la existencia o no de un derecho a la objeción de conciencia, la conciliación de trabajo profesional y la vida familiar o el cambio climático.
.- En concreto, ¿qué actividades desempeña en cuanto a la acción social?
Estamos convencidos de que no hay acción social de mayor alcance que la reflexión sobre los problemas que la sociedad experimenta, cuando se la libera de exigencias a corto plazo, marcadas por la agenda política, o de recetas simplificadas, que derivan más de la adhesión a un grupo político o religioso que de la experiencia y el sentido crítico.
.- En cuanto a las pasadas jornadas sobre la Carta de los derechos fundamentales de la UE, ¿qué papel cumple este documento dentro la UE?¿Por qué es tan importante?¿Por qué organizar unas jornadas exclusivamente sobre este tema?
Quizá por ese déficit de reflexión los españoles tenemos respecto a Europa una actitud un tanto contradictoria. Por una parte, no somos nada "euroescépticos". Europa ha sido para toda una generación la tierra prometida, porque era nuestra seña de homologación democrática largo tiempo anhelada.
Además nos hemos beneficiado de manera notoria de los fondos europeos de solidaridad. Sin embargo, nuestro conocimiento de las instituciones europeas, de las bases jurídicas y ciudadanas en las que se apoyan y de los problemas que se debaten es muy escaso. De ahí que hayamos querido centrar la atención en un instrumento tan decisivo para nuestro futuro como la Carta de Derechos.
.-Una de las actividades que desarrollan en su fundación es la presentación de informes. El último es el de las nuevas relaciones de cooperación entre África y la Europa comunitaria, ¿de qué manera pueden relacionarse?
La relación entre Europa y los continentes vecinos, geográfica o culturalmente, está marcada por la necesidad de orientar la 'ayuda al desarrollo' y el modo más humano y razonable de encauzar los movimientos migratorios. Ese es el sentido del informe, fruto a la vez de los contactos ya establecidos a lo largo de este año con expertos de varios países africanos.
.-¿Qué destacaría del papel humanitario que realiza la UE con África?
Es sin duda relevante, pero a la vez mejorable. No siempre los objetivos perseguidos encuentran vías eficaces de realización. Hay que luchar ante el peligro de trasladar esquemas burocráticos y de gestión muy ajenos a la realidad de los países que han de beneficiarse de la ayuda. De ahí la importancia de instituciones, entre las que modestamente nos incluimos, capaces de facilitar un mutuo conocimiento.
.-¿Cuál será el futuro de la Constitución Europea? ¿La consideran tan imprescindible?
Los logros económicos de una Europa siempre "nueva" son de más fácil articulación y control de resultados que los políticos; pero éstos están llamados a propiciar avances de mayor profundidad y solidez. Vale la pena contribuir a superar las dificultades que la construcción política de esa Europa tan prometedora lleva consigo.
.-¿Qué otras actividades van a poner en marcha?
Volviendo a nuestro convencimiento de la función social que toda reflexión serena y basada en experiencias lleva consigo, todas tendrían esa impronta social. El 10 de abril celebramos con el patrocinio de la Caja de Ávila una Jornada en esa ciudad sobre conciliación de "Trabajo y familia", la semana siguiente nos ocupamos en Madrid de "Prensa y terrorismo", en mayo de la legislación biomédica, en julio tendremos un curso, en la sede de la Universidad Menéndez Pelayo en Valencia, sobre inmigración y otro, en el marco de los Cursos de Aranjuez de la Rey Juan Carlos, sobre cambio climático... Es estupendo saber que no habrá modo de aburrirse.
