Carlos Álvarez preside la Asociación Española de Fundaciones (AEF) una entidad privada, declarada de utilidad pública y que agrupa a más de 900 fundaciones españolas, de todas las áreas de actividad y dimensiones, y tanto de ámbito nacional como autonómico o local. Esta entidad nació en el 2003, entre otros objetivos para representar y defender los intereses del sector fundacional ante las administraciones públicas y la sociedad, así como prestar servicios a las fundaciones asociadas.
.- La Asociación Española de Fundaciones nació en 2003, ¿cómo se conformó?
Este año se cumplen treinta años desde el nacimiento del Centro de Fundaciones, el primer instrumento de cooperación dentro del sector. Más tarde se creó la Confederación Española de Fundaciones y ya en el año 2003 coinciden al frente de ambas entidades Ignacio Camuñas e Isidro Fainé. A su talento, liderazgo, inspiración, ánimo constructivo y extraordinario sentido común se debe la fusión de las dos entidades en la Asociación Española de Fundaciones, que cuenta como presidente de honor con su alteza real el Infante Don Carlos de Borbón.
.- ¿Cuántas fundaciones la componen? ¿Qué requisitos deben cumplir para ello?
Desde el año 2003 las fundaciones asociadas se han duplicado hasta alcanzar en la actualidad las 940. En cuanto a los requisitos necesarios, sólo asociamos aquellas fundaciones que hayan pasado los filtros que marca la ley y exigen los Registros estatales y autonómicos, que se adhieran a los valores que la Asociación representa, participen activamente en nuestras tareas y, por supuesto, paguen las cuotas establecidas. De esta manera se garantiza el que sean entidades sin fin de lucro con dotación propia, y que cumplen finalidades de interés general.
.- Uno de sus objetivos, según informan en su página web, es "prestar servicios a las fundaciones asociadas", ¿de qué manera ayudan a las fundaciones inscritas?¿Qué relaciones mantienen con ellas?
La Asociación sirve a las fundaciones por diversos caminos. En el plano institucional las representa y defiende, actuando como 'lobby' ante las autoridades públicas en defensa de sus derechos e intereses; especialmente en cuanto se refiere a las leyes y reglamentos que rigen el sector. Además, expresa sus opiniones y pareceres a través de los medios de comunicación. Por otro lado, fomenta el trabajo en cooperación de las fundaciones asociadas, por razón de su actividad, en los llamados 'grupos sectoriales' y, por razón de su localización territorial, en los Consejos Autonómicos.
Asimismo, presta servicios, que tienen gran prestigio y acogida, de asesoría jurídica, fiscal, contable y de gestión y de formación y puesta al día en cuantas materias enriquezcan las capacidades de los directivos de las fundaciones. También, difunde a través de su página web, sus boletines, tribunas y cuadernos, documentación y trabajos sobre nuestro mundo. Por último, edita una valiosa serie de monografías y ha publicado el 'Directorio de las Fundaciones Españolas', el primer repertorio con datos de todas las comunidades autónomas españolas, un instrumento de primer orden para el conocimiento del sector.
Nuestras relaciones con las fundaciones asociadas son constantes, fluidas y bidireccionales. Tratamos de escuchar sus propuestas y de adelantarnos a sus necesidades. Y cuantas encuestas hemos realizado nos proporcionan la satisfacción de recibir opiniones muy positivas y alentadoras de nuestros socios.
.- ¿Cuál es la situación actual de las fundaciones en España?
Se puede calificar de excelente. En lo cuantitativo, en el pasado mes de noviembre del año 2007, los datos de los Registros Estatales y Autonómicos, una vez consolidados, nos llevan a un total superior a 11.000 fundaciones en España. En concreto, una media de 25 fundaciones por cada 100.000 habitantes, una cifra muy superior a la de la Europa de los 15, que en el año 2004 estaba en 16. Esta cantidad se ha hecho posible porque en la primera década del siglo XXI, todos los años se han creado más de 450 nuevas fundaciones en España.
En el aspecto cualitativo también sucede lo mismo. Esto se debe porque al lado de los sectores tradicionales (asuntos sociales, cultura, educación e investigación) en los últimos diez años han crecido las fundaciones culturales y de investigación, pero también las de salud, cooperación al desarrollo, desarrollo local, medio ambiente o nuevas tecnologías.
En cuanto a los fundadores, los de carácter individual y familiar, perviven, pero surgen iniciativas fundacionales entre universidades, administraciones públicas, partidos políticos, grupos religiosos, sindicatos, colegios profesionales.
El sector fundacional es un sector vivo, pujante, un actor social de primera magnitud en la vida española. Además un detalle, piensen en cuestiones de máxima actualidad como la conciliación de la vida familiar y laboral, la movilidad en las grandes ciudades, Internet,o la prevención de los daños en los ecosistemas marítimos por vertidos petrolíferos, ya hay fundaciones dispuestas a abordarlas.
.- Muchas empresas crean fundaciones para derivar sus fondos a esas causas, ¿qué papel considera que cumplen las fundaciones en las empresas?
En el año 2002 ESADE realizó para la Fundación Telefónica un estudio sobre la fundaciones de empresa en España. Entre las 1.000 empresas de mayor facturación del país identificó 62 fundaciones, descubriendo, además, que todas las empresas que se incluyen en el IBEX 35 realizan actividades sociales, es decir, que participan del espíritu de la llamada responsabilidad social.
Son fundaciones importantes, disponen de cuantiosos recursos, según el estudio ESADE, se crean por sentido de la responsabilidad social, por mejorar la reputación de las empresas y de la marca, por buscar nuevos planos de relación con los clientes y la sociedad y, sólo en último lugar, por consideraciones fiscales.
Las fundaciones de empresa tienen una gama de actividades análoga a la del conjunto del sector y, por razones obvias, son especialmente fuertes e innovadoras en aquellas áreas del mundo en las que hay una importante presencia de las empresas españolas, como por ejemplo sucede en Iberoamérica.
.- ¿Cómo va a influir el Consejo Estatal de RSC en la labor de las fundaciones? ¿Van a poder participar en el mismo?
Me parece una valiosa iniciativa para articular el trabajo de las administraciones públicas, el mundo empresarial y la sociedad civil en el fomento de la RSE, especialmente en la pequeña y mediana empresa. Las fundaciones han estado presentes en las tareas del foro que dio lugar a la creación del Consejo y están dispuestas a participar activamente en sus programas y actividades.
.- Desde Bruselas se comentó recientemente que la RSC se va convertir en RSO (Responsabilidad Social de las Organizaciones), ¿qué medidas de RSC llevan a cabo? ¿Este hecho les influirá de alguna manera?
Primero se la llamó Responsabilidad Social Corporativa, era algo reservado a grandes empresas, y ahora se habla de Responsabilidad Social Empresarial al reconocerse que otras empresas, incluso medianas y pequeñas, podrían sentirse llamadas a participar en esta acción.
No sé muy bien lo que añade esta nueva idea de Responsabilidad Social de las Organizaciones (RSO). En primer lugar, porque todo lo que en la actividad económica no es empresa, el llamado 'Tercer Sector', hace en su inmensa mayoría labor social.
Por otro lado, porque lo que predican los teóricos de la RSO en el terreno de los principios, como el cumplimiento de la ley, el voluntariado, la participación, la responsabilidad, la transparencia ética, la flexibilidad, la adaptación al cambio,y la sostenibilidad coincide al 100 por cien con la doctrina y la práctica de la Responsabilidad Social Empresarial y, por supuesto, en gran medida con el quehacer diario de las fundaciones.
