Juzgan a un taxista acusado de negarse a llevar al hospital a una embarazada que sangraba y tenía dolores

Europa Press Sociedad
Actualizado: lunes, 22 septiembre 2008 20:36

VALENCIA 22 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un jurado popular juzgó hoy en la Audiencia Provincial de Valencia a un taxista acusado de negarse a llevar al hospital a una mujer embarazada de siete meses con síntomas de parto, que empezó a sangrar y sufría fuertes dolores. El fiscal pide que el hombre, quien aseguró que no se negó a realizar el servicio, pague una multa de unos 3.300 euros por un delito de omisión del deber de socorro.

El incidente tuvo lugar el 9 de diciembre de 2006 cuando, según el relato del ministerio fiscal, la mujer se encontró repentinamente indispuesta y comenzó a sangrar. Ante este hecho y la inminencia del parto, salieron a la calle y su esposo se fue en busca de un taxi para trasladar a su esposa al hospital La Fe, centro en el que era atendida por su ginecóloga.

En la calle Blanquerías, se acercó a un taxi conducido por el acusado, se subió y le dijo "es una emergencia, mi mujer está embarazada y sangrando y muy grave, necesito que nos lleve a La Fe". El taxista, en un primer momento, accedió a prestar el servicio y se dirigió a la calle Serrano, donde estaba la mujer con las manos en el vientre y signos de dolor.

En ese momento, según el mismo relato, el acusado le dijo al hombre que él no les iba a llevar y que se buscara otro vehículo, tras lo que abandonó el lugar. El hombre, seguidamente, requirió a la conductora de un coche que iba detrás, quien de inmediato les trasladó al hospital, donde la mujer fue sometida a una cesárea de urgencias por presentar desprendimiento de placenta que representaba un grave peligro tanto para la vida del feto como de la madre.

Esta mujer declaró que la víctima, a la que se notaba embarazada, estaba "demacrada", que tenía "mal aspecto" y parecía que no se encontraba bien. No obstante, aseguró que se dirigió a ella con prudencia y que el marido estaba bastante más nervioso. En ese momento le dijeron: "por favor, llévenos al hospital porque no nos quieren llevar".

Sin embargo, el acusado negó los hechos y aseguró que el hombre se subió en el taxi y le gritó que le llevara a urgencias, pero que no le dio ninguna explicación del riesgo que corría su mujer. Declaró que estando detrás de dos coches, éste le pidió que acelerara y que se saltara un semáforo en rojo, a lo que se negó porque "te pueden quitar hasta seis puntos".

Afirmó que en la calle Serranos le pidió que parara para recoger a su mujer, a la que no vio que estaba embarazada ni sangrando. Entonces, el hombre, según afirmó, volvió a gritarle "otra vez" con mucho "ordeno y mando" para ir a urgencias, y él le respondió: "te llevará lo antes posible y a mi manera", aseveró. Tras ello, indicó que se puso como un "energúmeno", y que dio un portazo y se fue, pero que él no lo tiró del vehículo. "En ningún momento me negué a llevarle, fue él el que dio un portazo y se fue voluntariamente", reiteró.

Esta versión no coincide con la facilitada por la pareja que cogió el taxi --y que no reclama ninguna indemnización, sino "contar lo que pasó para que no vuelva a ocurrir-- ya que el hombre declaró que cuando subió al vehículo le dijo al hombre que su mujer estaba embarazada y sangrando y que tenía que ir al hospital. Afirmó que cuando se subió su esposa les dijo: "bájense del taxi que yo no les voy a llevar. Búsquense otro vehículo".

Entonces, se bajaron inmediatamente del taxi, asaltaron el coche de detrás y, al llegar al hospital, comentó la mujer, tenía desprendimiento de placenta, así que le metieron a quirófano y le hicieron una cesárea. Ella tuvo que estar una semana ingresada, y su bebé un mes --del que una semana estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)--. El perito declaró que había riesgo de que falleciera el bebé.

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