Una mujer denuncia haber vivido "semisecuestrada" por su marido durante 22 años en Miranda (Burgos)

Europa Press Sociedad
Actualizado: martes, 28 octubre 2008 15:13

BURGOS 28 Oct. (EUROPA PRESS) -

Una mujer de 41 años denunció haber vivido "semisecuestrada" por su marido durante 22 años en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro, ya que sólo la permitía ir de casa al trabajo y de regreso, algo que ha motivado que ella y sus tres hijos menores, de siete, ocho y 13 años, vivan en una casa de acogida en Palencia.

Según la información publicada hoy por Diario de Burgos recogida por Europa Press, la mujer permaneció 22 años sin poder salir de su vivienda si no era para trabajar, pero además supuestamente sufrió malos tratos físicos y psicológicos de su marido y padre de cinco hijos, tres de ellos menores.

Ante esta situación, la víctima, una vecina de Miranda de Ebro de 41 años y etnia gitana, con el apoyo de una asistente social, decidió denunciar los hechos.

Así, relata el diario, de forma "sigilosa y literalmente a escondidas", la mujer, acompañada de sus tres hijos menores (tiene otros dos de 21 y 18 años), abandonó Miranda de Ebro para intentar cambiar su vida lejos de su marido, que hasta ese momento era el referente cotidiano por obligación suprema.

De esta forma, acabó en una casa de acogida de Palencia, cuya ubicación es secreta. Lo primero que hizo fue denunciar su caso en la Comisaría de la Policía Nacional de la capital palentina, lo que posteriormente ratificó el pasado sábado en el Juzgado de Instrucción número 3, que estaba de guardia, y cuyo titular decidió las correspondientes medidas cautelares como la adopción de una orden de protección y alejamiento del esposo y padre hacia su mujer y sus tres hijos menores.

Tras la correspondiente denuncia, el marido fue detenido en Miranda, pero fue puesto en libertad provisional a las 72 horas.

Mientras tanto, los servicios sociales y las fuerzas de seguridad han prestado apoyo a esta mujer, que ahora mismo vive "aterrorizada", como ha indicado la abogada de la capital Teresa de Prado Torres, que le ha dispensado asistencia letrada en este tiempo.

Por el momento, sus tres hijos han sido escolarizados ya en un centro educativo de Palencia. "Los niños han padecido la misma suerte que su madre. Como ejemplo ilustrativo se puede decir que hasta ahora no sabían lo que era un cine o una escalera mecánica de un centro comercial; ni siquiera habían participado en una fiesta de fin de curso. El miedo a su padre es extremo", explicó la abogada.

La mujer compareció ayer ante la titular del Juzgado de Instrucción número 6 de Palencia, que se ha hecho cargo de las diligencias, junto con su abogada. En la cita explicaron a la juez que el marido siempre ha ejercido su dominio hasta el punto de que sólo la dejaba ir al trabajo y vuelta a casa, y puntualmente. De hecho, las compras para la familia las hacían habitualmente sus hijos mayores, según pormenorizó la abogada en la jornada de ayer.

Aún así, la mujer pidió a la juez del caso -hizo firmes las medidas cautelares suscritas el pasado sábado- que no encerraran a su marido porque "la guerra de clanes puede estallar en cualquier momento por su caso", según explicó Teresa de Prado Torre.

Precisamente, miembros de ambas familias gitanas (tanto la de la mujer como la de su marido), tras viajar desde Miranda a la capital palentina, permanecieron apostados a las puertas del Palacio de Justicia de Palencia mientras la víctima declaraba.

Contenido patrocinado