Actualizado 12/12/2008 19:19

El policía herido por el hombre que mató a su ex novia en Pontevedra dice que le salvó su "instinto de supervivencia"

PONTEVEDRA, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -

El agente de la Policía Nacional Pablo B.G. aseguró hoy que sobrevivió a la agresión de Maximino Couto Durán, el hombre que mató a su ex novia en Ponte Caldelas, gracias a su "instinto de supervivencia" y a "la rápida actuación" de sus compañeros que le detuvieron antes de que su agresor tuviera tiempo de acuchillarle por segunda vez.

Los hechos se remontan al pasado 29 de noviembre, y ocurrieron en la parroquia de Mourente, en Pontevedra, poco después de que Maxinimo Couto hubiera matado a su novia en el municipio de Ponte Caldelas. Los los policías que acudieron a detenerle todavía no conocían esa circunstancia.

"Sólo sabíamos que un hombre armado con un cuchillo en cada mano estaba en la casa de su ex esposa gritando que iba a matar a todo el mundo", explicó el agente de la Policía herido que, tras recibir el alta médica, compareció hoy en rueda de prensa para relatar lo sucedido.

"Pensé que no vería más a mis hijos", confesó Pablo B.G, de 34 años de edad, al recordar como él y cuatro policías más salieron al encuentro del acusado, que estaba "completamente fuera de sí, con la cabeza y el pecho ensangrentado, y un cuchillo en cada mano gritando que iba a matar a todos".

Maximino Couto reaccionó contra los policías agrediendo a Pablo "porque era el que en ese momento tenía más cerca", de manera que lanzó un cuchillo contra su abdomen, que pudo haberle provocado una lesión mortal, pero que revistió menor gravedad, ya que el agente paró el cuchillo con el brazo izquierdo.

RECUPERAR LA MOVILIDAD

"Fue por instinto de supervivencia puro y duro, me encogí y puse el brazo frenando el cuchillo que tocó el hueso y rebotó", explicó el agente, que tras ser intervenido confía en poder recuperar la movilidad perdida --al menos parcialmente--, ya que los médicos no le dan muchas esperanzas de que el brazo vuelva a quedar bien al 100 por cien.

No obstante, señaló que fue un mal menor comparado con lo que pudo pasar, ya que "no había manera de que Maximino Couto soltase los cuchillos, y su actitud era la de un matarife que va a clavar a una vaca".