El 29% de los menores madrileños entre 2 y 15 años tienen sobrepeso u obesidad, el 33% en el caso de los inmigrantes

El Ayuntamiento alerta del exceso de consumo de bollería industrial y aperitivos infantiles y recomienda pautas de alimentación

Europa Press Sociedad
Actualizado: martes, 12 febrero 2008 19:06

MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

El 29 por ciento de los menores madrileños de entre 2 y 15 años sufren obesidad o sobrepeso, un dato que se eleva hasta el 33 por ciento en el caso de los niños inmigrantes de la capital, según un estudio realizado por el Ayuntamiento de Madrid en 2005 y que se complementa con otro, de este año, en el que el Gobierno municipal alerta del consumo de bollería industrial y aperitivos infantiles, así como del sedentarismo de los pequeños, y recomienda pautas de alimentación adecuadas.

En concreto, el 6,6 por ciento de los menores de la ciudad sufren obesidad, mientras que el 22,4 por ciento tiene sobrepeso, cifras que se correlacionan con la de los adultos de Madrid, un 10,6 por ciento obesos y un 33,8 por ciento con sobrepeso. En cualquier caso, ambos valores se sitúan por debajo de la media española y con bastante distancia respecto a otros países como Estados Unidos.

En general, las principales causas de estas cifras son, por una parte, la incorrecta alimentación de los niños pero, por otra parte, también juega un papel decisivo la falta de actividad física y el sedentarismo.

Según las cifras facilitadas por el Ayuntamiento, el 5 por ciento de los niños madrileños entre 12 y 15 años ven dos o más horas de televisión y juegan dos o más horas al ordenador cada día, mientras que el 39,4 por ciento de los menores no practican ninguna actividad física, cifra que se eleva hasta el 44,3 por ciento en el caso de las niñas.

En cuanto a la alimentación, los déficits de los pequeños, similares a las carencias que sufren los adultos, afectan a prácticamente todas las familias de alimentos, que se consumen demasiado (dulces, embutidos, carnes) o demasiado poco (pescados, verduras, legumbres). "Los niños comen mal porque los padres comemos mal", recordó el delegado de Seguridad y Movilidad, Pedro Calvo, durante la presentación del estudio.

Al final, el sobrepeso y, en mayor medida, la obesidad de los menores conduce a problemas de salud, y según la encuesta municipal el 18,5 por ciento de los niños gordos acuden al médico a menudo, frente al 15,4 por ciento de los niños sin estos problemas.

Es más: según un estudio que Madrid Salud realizó sobre un grupo de escolares de entre 9 y 11 años, el 20 por ciento de los chavales tenía niveles de colesterol superiores a 200 y el 6 por ciento, superiores a 220.

BOLLERÍA Y PALOMITAS, ENEMIGOS DE LAS ARTERIAS

A la luz de estas cifras, Calvo presentó hoy en la sede de Madrid Salud el último estudio de alimentación infantil realizado por el Ayuntamiento, del que se extraen conclusiones con respecto a diferentes alimentos cuyas repercusiones en la salud infantil no son totalmente claras.

Así, la bollería industrial y a granel es una de las categorías de mayor riesgo. "Su consumo debería ser ocasional porque es poco cardiosaludable", subrayó el concejal, añadiendo que muchas de las etiquetas no contienen toda la información nutricional pertinente.

Tampoco las palomitas de maíz salen bien paradas del estudio, ya que si se toman en establecimientos de ocio la cantidad suele exceder los 200 gramos, por lo que se recomienda a los consumidores que las tomen de manera muy esporádica y a los productores que mejoren su etiquetado.

Las hamburguesas, por su parte, no son tan malas si se toman esporádicamente y no como complemento a una comida, y si el día que se consuman se completa la aportación alimenticia con frutas y verduras "para equilibrar", matizó Calvo.

Con respecto a la pizza, se puede considerar un alimento equilibrado siempre y cuando sus ingredientes sean buenos, pero en exceso es hipercalórico para un niño. Los precocinados son más conflictivos ya que, además de presentar un exceso de grasas y de colesterol, tienen el riesgo de los aceites que se usen para su fritura.

Los aperitivos infantiles como ganchitos, gusanitos y similares son también hipercalóricos y en casi ninguno viene bien especificada la cantidad de sal y de grasas saturadas, mientras que los embutidos, consumidos en exceso, también aumentan las grasas saturadas y el sodio, "lo que puede condicionar hipertensión arterial en la vida adulta si se consumen habitualmente", matizó el edil.

RECOMENDACIONES Y CONTROLES

Por todo esto, el concejal realizó una serie de recomendaciones alimenticias que pueden ayudar a los padres a orientarse a la hora de nutrir a sus hijos, recordó que el Ayuntamiento realiza campañas divulgativas con folletos y desde su página web, y subrayó que Madrid Salud también lleva a cabo muchas otras campañas en esta línea.

En concreto, el director general de Madrid Salud, José Manuel Torrecilla, apuntó a tres vías de trabajo para mejorar la alimentación de los niños madrileños. Por una parte, el programa 'Ayudando a Crecer', para padres con niños de 0 a 16 años, que durante 2007 atendió a 3.122 padres en sus diferentes talleres.

Además, el Ayuntamiento también realizó otros 13 talleres específicos de cocina para enseñar a los adultos cómo combinar los alimentos para que aporten y no resten a la nutrición de los menores, y por último están los 'Desayunos Saludables', en el Área 1 (Vallecas Puente y Villa y retiro) que, en colaboración con la Comunidad de Madrid, organiza charlas y difunde folletos informativos.

Con respecto a la labor de control de Madrid Salud, este organismo realiza las inspecciones rutinarias de las campañas programadas en el municipio, así como los análisis del agua de la ciudad y cualquier intervención en casos de alerta. En total, unos 200 análisis al año según explicaron trabajadores de los laboratorios de microbiología durante la visita del concejal.

Asimismo, los comedores escolares de la ciudad, donde acuden el 44 por ciento de los niños, están sometidos a una vigilancia continua por parte de la inspección municipal, así como también el transporte del catering de los colegios, donde "casi no se encontraron infracciones durante el año pasado", insistió Calvo.

"El estado de los comedores es bueno, pero los padres tienen que aprender a completar el menú que los niños toman en los colegios, para evitar el consumo excesivo de cualquier tipo de parámetro", concluyó el concejal.

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