MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Grupo de Estudio y Protección del Quebrantahuesos y la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) señalan que "parece claro" que dejar los cadáveres de los animales que mueren en el campo 'in situ', tomando las pertinentes precauciones sanitarias, es el método "más ecológico, barato y eficiente" para garantizar la conservación de las especies carroñeras, según un artículo que esta semana publica la revista científica 'Science'.
España alberga el 90 por ciento de la población europea de buitre leonado, alimoche y buitre negro y el 63 por ciento de la de quebrantahuesos. En general, estos carroñeros son todavía comunes en la Europa mediterránea debido en gran parte a la abundancia de cadáveres de ganado, de los que depende su alimentación.
Sin embargo, desde el brote de la enfermedad de las vacas locas (encefalopatía espongiforme bovina) en 2001, la Unión Europea prohibió dejar los cadáveres en el campo y obligó a su destrucción o reutilización en instalaciones autorizadas. Esta medida tuvo un "gran impacto" en la población de buitres, generando el estancamiento de su crecimiento y provocando un déficit de alimentación, así como una mayor mortandad entre los ejemplares más jóvenes.
Tras detectarse estas consecuencias, la propia UE autorizó la creación de comederos, en determinados puntos, una medida que "tampoco ha resultado eficaz" y que derivó en desajustes en los ecosistemas, como la modificación de los hábitats naturales de estas especies al saturar de comida unas áreas en detrimento de otras.
El Parlamento Europeo obligó después a la Comisión Europea a autorizar excepciones a la norma con el objetivo de permitir la supervivencia de estas especies. Los científicos del CSIC concluyen que "la filosofía de la nueva legislación --que podría entrar en vigor en 2010 o 2011-- debería permitir una mayor flexibilidad a los estados miembros en el suministro de carroña para estas aves".