Actualizado 16/09/2008 21:38

AI exige "una regla de oro" que impida a los Gobiernos vender armas cuando pueda haber violación de derechos humanos

Más del 80 por ciento de los Estados carece de leyes para controlar el comercio de armas y su transporte


MADRID, 16 Sep. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional exigió hoy que se imponga "una regla de oro" a nivel mundial que impida a los gobiernos vender armamento cuando exista el riesgo de que se utilice para cometer violaciones de los Derechos Humanos, con motivo de la celebración en octubre de un encuentro en la ONU para el avance de las negociaciones cara a un Tratado Internacional sobre Comercio de Armas.

Según denunció la organización en un informe, durante los últimos meses, países como China, Egipto, India, Pakistán, Rusia y Estados Unidos "están intentando bloquear, demorar y diluir las propuestas" presentadas para los debates del mes de octubre, "lo que podría hacer que el tratado no alcance sus objetivos y permitir que el comercio de armas siga desarrollándose sin control".

"Pese a la masiva luz verde de la mayor parte de la comunidad mundial, una pequeña minoría de escépticos desea conservar el caos del 'status quo' para poder mirar hacia otra parte cuando se producen transferencias ostensiblemente irresponsables, lo que hace que la mayoría de los mecanismos nacionales de control de armas y embargos de la ONU sean débiles e ineficaces", declaró el director de control de armas de AI, Brian Wood.

El trabajo, titulado 'Sangre en la encrucijada: En defensa de un Tratado Internacional sobre el Comercio de Armas', expone nueve casos de transferencias armamentísticas sin restricciones que han tenido "consecuencias catastróficas para los derechos humanos". Así, señala desde el conflicto de Darfur hasta la represión militar en Birmania y Guinea, pasando por la proliferación de la violencia religiosa en Irak, para ilustrar "cómo y por qué las diferencias y lagunas actuales de las leyes nacionales sobre armas permiten que se cometan violaciones masivas de derechos humanos".

En este sentido, la ONG pone el acento en China, Rusia y Estados Unidos, que aparecen en el informe como destacados vendedores de armas a países donde se cometen violaciones de derechos humanos, como según Amnistía Internacional ocurre en Colombia, Costa de Marfil, Guatemala, Guinea, Irak, Birmania, Somalia, Sudán y Chad y Uganda.

Así, el informe señala que China y Rusia "siguen siendo los mayores proveedores de armas convencionales de Sudán, armas que utilizan las fuerzas armadas sudanesas para seguir cometiendo violaciones graves de derechos humanos en Darfur" y mientras Rusia "proporcionó helicópteros militares y bombarderos", China "vendió a Sudán la mayoría de las armas y municiones de que dispone".

UN NEGOCIO SIN LEY

Sobre el caso de Irak, la organización denuncia que el Departamento de Defensa de Estados Unidos "financia desde 2003 la mayor parte del suministro de más de un millón de rifles, pistolas y armas de infantería para 531.000 miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes en un proceso mal gestionado e irresponsable, que ha agravado la proliferación masiva de armas y abusos graves contra los derechos humanos que comenzó con el gobierno de Sadam Husein".

En cuanto a Birmania, Amnistía señala que "pese a las persistentes violaciones de derechos humanos (...) que cometen las fuerzas gubernamentales, China, Serbia, Rusia y Ucrania han suministrado a este país transportes blindados de personal, camiones, armas y municiones, mientras que la India ha ofrecido recientemente suministrar más armas".

El informe señala además, que "continúan las violaciones del embargo de armas de la ONU en Costa de Marfil, Somalia y Darfur (Sudán) debido a unas leyes nacionales débiles y a la falta de compromiso y capacidad de algunos gobiernos". En este sentido, la organización denuncia que más del 80 por ciento de los Estados no ha establecido leyes para controlar el comercio de armas y su transporte, lo que "agrava el problema".

"Este es el momento de un Tratado sobre el Comercio de Armas. Sesenta años después de la firma de la Declaración Universal de Derechos Humanos, los mismos gobiernos pueden y deben llegar a un acuerdo eficaz sobre las transferencias internacionales de armas que tenga los derechos humanos en su núcleo", expone la organización.