MADRID 7 May. (EUROPA PRESS) -
El Embajador Especial canadiense para la Conservación de la Pesca, Loyola Sullivan, afirmó hoy que los ecologistas boicotean la caza de focas en el país "por dinero", ya que esta práctica "cumple la legalidad" y está reconocida por "numerosas organizaciones internacionales". Para ello, Sullivan citó como ejemplo la entrevista concedida al canal canadiense CBC por el ex miembro de Greenpeace y actual directivo de la organización americana Sea Shepherd Conservation Society, Paul Watson.
En ésta, el ex componente de la organización ecologista explicaba que atacaban la caza de focas y publicaban imágenes de crías con pelaje blanco, "aunque ya no se cazan porque está prohibido", porque éstas son "monas" y con ellas "conseguían dinero para Greenpeace, y para otras organizaciones internacionales". Así, Watson señalaba en la entrevista televisiva que no lo hacían con otras especies "porque con ellas no se puede ganar dinero y con las focas sí".
De hecho, el embajador canadiense reseñó a Europa Press que Watson, hace apenas un mes y con motivo del ahogamiento de cuatro cazadores de focas, "lamentó más la muerte de las focas que el fallecimiento de los cuatro cazadores".
Por otro lado, frente a la acusación ecologista de que la pesca de focas en Canadá es "cruel e inhumana", Sullivan manifestó que "no hay ningún ecologista de reputación mundial que ponga en tela de juicio el uso sostenible" que Canadá hace de este recurso, y que hay quienes dicen, "muchos falsamente", que es "cruel e inhumano el modo en el que procede a esta caza" a pesar de que en Canadá existen una serie de medidas "reconocidas internacionalmente" para elaborar esa caza en condiciones carentes de crueldad.
LA UE NO PUEDE PROHIBIR LA COMERCIALIZACIÓN DE LA FOCA
Ante la posible prohibición europea de la comercialización de productos procedentes de la foca, el embajador especial de pesca señaló que "no existe ningún fundamento" que la justifique, ya que cuentan con un "modelo sostenible" con arreglo a la convención de biodiversidad de la Unión de Conservación Mundial (The World Conservation Union, IUCN). Además, Sullivan apuntó que la Unión Europea "ha constatado que no es una práctica cruel a través de sus expertos".
Referente a futuros problemas de extinción de la especie por el cambio climático, el emisario canadiense explicó que "desde hace cuarenta años" se ha controlado el patrón del deshielo, se han establecido mapas con los flujos que sufren los bloques, y que siguen con gran atención la tasa de fertilidad de las especies que ahí habitan.
De hecho, en el país existen cinco millones y medio de ejemplares. En el 2006 la cuota de caza fue de 335.000 ejemplares; en 2007, 270.000; y en 2008 se establecieron 275.000, una cifra que se corresponde con el cinco por ciento de esta población marina, unas cuotas que se fijaron "con arreglo a la capacidad de reproducción y de volumen para mantener la especie".
Según Sullivan, la población de focas en el país está aumentando "considerablemente", ya que en los años setenta pasó de menos de dos millones a la cifra actual.
EL RIFLE SE USA EN EL 95% DE LOS CASOS PARA CAZAR FOCAS
En cuanto a las medidas establecidas por el gobierno canadiense para que la caza del mamífero marino se mantenga dentro de la legalidad y no se convierta en una práctica cruel, destaca la licencia anual que tienen que emitir los cazadores.
En concreto y durante la práctica, el pescador debe asegurarse de que el animal se encuentre "irreversiblemente inconsciente", tras su caza con rifle, en el 95 por ciento de los casos, o con el 'hakapik', un arpón especial que se utiliza el cinco por ciento de las veces.
El segundo paso consiste en la palpación del cráneo, "para ver si se han roto los hemisferios", o a través del reflejo de las pupilas. Por último, en el 2008 se estableció "el paso del sangrado", cuando una foca está abatida se procede a cortarle la arteria axilar, situada debajo de las aletas, y con ello asegurarse de que el mamífero ha muerto. Según Sullivan, "es imposible" que siga vivo después de estos tres pasos.
En los últimos cinco años se han reforzado en un 65 por ciento el el control y la persecución de prácticas contrarias a la ley. De hecho, Sullivan mencionó que en el último año 180 casos se han llevado frente a los tribunales y se han procesado 100 condenas con multas muy fuertes.
"Mucha gente no conoce los hechos y sólo ven las imágenes que trasladan los activistas", añadió. El hecho es que el animal una vez muerto se sigue moviendo, es un reflejo natatorio "muy fuerte" que hace que pueda moverse durante 45 segundos tras su muerte. De todas formas, concluyó, "es ilegal despellejar a focas si no se han seguido estos pasos en el proceso".
LA CAZA ESTÁ PERMITIDA A PARTIR DE LOS 12 DÍAS DE EDAD
Las focas harpa o focas de Groenlandia son consideradas crías hasta los 10 ó 12 días de edad, cuando tienen un pelaje blanco y la madre les abandona, entonces "ya son independientes". De hecho, en 1987 se declaró ilegal la caza de crías con este color de piel, por lo que desde hace 21 años está prohibido la caza de estos ejemplares.
Sullivan comentó que este mamífero marino, tras esa fase, muda el color de su pelaje, y lo hace a través de jirones, con lo cual su piel "no es tan atractiva" como lo es al final de la muda, a partir del mes de vida.