Un experto asegura en Adeje (Tenerife) que el Protocolo de Kioto "no está diseñado para reducir emisiones de gases"

Europa Press Sociedad
Actualizado: miércoles, 16 julio 2008 20:51

SANTA CRUZ DE TENERIFE 16 Jul. (EUROPA PRESS) -

El abogado del estado de Washington y miembro del Instituto Competitivo de la Empresa, Chris Horner, ha asegurado que el Protocolo de Kioto no está diseñado para reducir emisiones de gases contaminantes a la atmósfera, y "no lo está haciendo", durante el curso de la Universidad de Verano de Adeje 'Cambio Climático: Consecuencias ecológicas y económicas locales y globales'.

Según informó hoy la Universidad de Verano de Adeje en un comunicado, en opinión de este experto, el documento internacional rubricado en la ciudad japonesa en 1997 tiene como objetivo fortalecer los intereses y aumentar las rentas de algunos países, ciertas organizaciones supranacionales y determinadas industrias. De este modo, Horner llega a hablar de una "industria de Kioto" que propicia "grandes investigaciones, grandes medidas gubernamentales y grandes negocios que engloban todo lo anterior".

El protocolo articula medidas para frenar la propagación de gases contaminantes, algunas de las cuales pueden dar grandes beneficios a las empresas. En concreto, el ponente se refirió a los llamados "bonos de carbono", un sistema de incentivos económicos para aquellas corporaciones que certifiquen haber reducido sus emisiones de dióxido de carbono (CO2). Así, un bono equivale al derecho a emitir una tonelada de este gas, y con este sistema se premia a quienes produzcan menos y grava a los que emiten más.

El problema con estos bonos, según Horner, es que se ha propiciado un auténtico mercado de las emisiones ('emission trading'), mediante el cual las empresas perciben dinero público a cambio de no contaminar. Este comportamiento fue cuestionado por el ponente, que definió esta política de "reduce y negocia" ("cap and trade") como una nueva forma de negocio para magnates poco escrupulosos.

EL BENEFICIO DE LAS GRANDES EMPRESAS ENERGÉTICAS.

Horner afirmó que las directrices de Kioto benefician los intereses de las grandes empresas energéticas. Para corroborarlo, mencionó un memorando interno de la compañía energética Enron, firmado por su antiguo director ejecutivo Kenneth Lay, en el cual eldirectivo afirmaba que el Protocolo representaba todo aquello por lo que habían estado haciendo presión con su lobby.

Según el experto, se da la paradoja de que el sistema de bonos de carbono premia a las empresas que contaminan por habarlo hecho. "Es como si estas compañías dijeran: es verdad, hemos hecho mal y contaminado. Ahora páguennos para que lo solucionemos". "La búsqueda de rentas ("rent-seeking") es la segunda profesión más vieja del mundo. Con ella, las empresas pretenden hacer dinero mediante favores políticos, en lugar de en el mercado", comentó Horner.

Para Horner, el alarmismo medioambiental es beneficioso para las empresas porque crea un mercado para productos que aún carecen de él (los molinos de energía eólica); promocionan productos que necesitan mejorar su aceptación popular (energía nuclear); y mejoran el posicionamiento de otros (gas).

El experto recordó que la situación actual recuerda a la de Silicon Valley, el importante centro de empresas de tecnología californiano, hace unas décadas, cuando aún no había eclosionado el mercado de la informática. Muchos empresarios invirtieron dinero en esas compañías a muy bajo coste, con la expectativa de que la evolución del mercado diera valor a estas inversiones. Ahora, muchos inversores apuestan por las energías limpias que aún no son rentables, con la esperanza de que en el futuro se conviertan en un mercado boyante.

Horner cree que este escenario se materializará con más facilidad si existe la alerta climática y un texto como el Protocolo de Kyoto, que otorga cierta autoridad institucional a las energías renovables. "Las nuevas tecnologías energéticas pretenden enriquecerse aduciendo que van a salvar el planeta", indicó Horner, para quien la búsqueda de beneficios el legítima en el ámbito empresarial, pero siempre que se haga con transparencia.

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