Actualizado 12/08/2008 16:51

Experto cree que en una década será posible detectar planetas similares a la Tierra y analizar su actividad biológica

LAREDO, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -

El físico Rafael Rebolo aseguró hoy en Laredo que en una década será posible detectar planetas similares a la Tierra, que giren alrededor de una estrella y con un tamaño parecido, y con ello se abrirá también la posibilidad de investigar después los indicios de actividad biológica para "conocer si el origen de la vida es algo muy específico de la tierra o es algo más general en el Universo".

En la actualidad ya se conocen alrededor de 200 planetas que giran alrededor de estrellas, como la Tierra, pero son planetas grandes, ya que la tecnología actual no permite detectar otros más pequeños y, por tanto, más parecidos a la Tierra.

De hecho, alrededor del cinco o el diez por ciento de las estrellas tienen planetas gigantes a su alrededor, tal como explicó Rebolo, que es doctor en Ciencias Físicas y profesor de Investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Astrofísica de Canarias.

Para Rebolo, que participa en el seminario 'Cosmología. El Universo: conocimientos, ignorancias e ilusiones científicas', de los cursos de verano de la Universidad de Cantabria, los avances que se han producido en los últimos diez o doce años en este campo han sido "muy grandes", ya que la intensa labor investigadora actual no despertaba interés anteriormente "porque no se veía factible".

Sin embargo, el mayor problema que existe para lograr el cometido es que las técnicas de detección aún no han alcanzado el nivel de sofisticación necesario para detectar planetas más pequeños, "algo que con los proyectos que se están poniendo en marcha será una realidad en pocos años".

Según informó la UC en nota de prensa, entre las técnicas que se están estudiando, Rebolo señaló como las más importantes las de medida de velocidad de las estrellas y la obtención de una imagen directa que proporcione fotografías de estos planetas. Para ello se requieren telescopios de gran precisión y diámetro, además de unos sistemas ópticos especiales para cancelar la luz de la estrella para poder examinar su entorno.