Actualizado 14/11/2008 15:37

Las monjas que cuidan a Eluana Englaro dicen que la sienten "viva" y se ofrecen a cuidarla "sin pedir nada a cambio"

ROMA, 14 Nov. (de la corresponsal de EUROPA PRESS, Gloria Moreno) -

Las monjas de la clínica Beato Luigi Talamoni de Lecco (norte de Italia) pidieron hoy poder seguir cuidando a Eluana Englaro, la mujer italiana que lleva casi 17 años en estado de coma vegetativo y cuyo padre recibió ayer la autorización definitiva por parte de la Justicia italiana para desconectar el sistema de alimentación artificial que la mantiene con vida.

"Si hay quien la considera muerta, que deje que Eluana permanezca con nosotras, que la sentimos viva", pidieron la monjas, que la atienden desde hace años. "No pedimos nada a cambio, sólo el silencion y la libertad de amar y seguir dándonos a quien es débil, pequeño y pobre", añade el comunicado de la institución religiosa.

"El amor y la dedicación por Eluana y por todos aquellos que se confían a nuestros cuidados nos llevan a invocar al Señor Jesús para que la esperanza prevalezca también en esta hora difícil, en la que esperar parece imposible", prosigue.

"Nuestra esperanza es que no se procure la muerte de hambre y sed a Eluana ni a quien está en sus mismas condiciones. Por eso, una vez más, afirmamos nuestra disponibilidad para seguir sirviendo a Eluana, hoy y en el futuro", concluye la nota.

El Tribunal Supremo de Italia rechazó ayer el recurso que había presentado la Fiscalía de Milán (norte de Italia) contra la sentencia de la Corte de Apelación de esta misma ciudad, concediendo definitivamente al padre la autorización para suspender la alimentación artificial que mantiene con vida a su hija.

El caso ha centrado durante meses la escena mediática italiana y ha encendido el debate político entre quienes son partidarios de dejar de alimentarla y responder así a los requerimientos del padre de la chica, que lleva años reclamando el derecho a morir de su hija, y quienes se oponen al considerar que con ello se abandona a Eluana a una muerte por inanición.

El Vaticano ha expresado en numerosas ocasiones su rechazo a la interrupción de la alimentación, calificando la acción de homicidio. El Servicio de Información Religiosa (SIR) de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), consideró hoy en una nota que la sentencia judicial "ofusca el valor fundamental" de la vida.

Considerar que la alimentación, la hidratación y la ventilación son meras terapias es una "auténtica mentira", ya que si así lo fueran, sería "justo" interrumpirlas. En realidad "son actos debidos no sólo para con los enfermos, sino para con todos los ciudadanos, según una solidaridad humana global que no distingue a las personas ni por raza ni por condiciones de salud, añadieron los obispos italianos.

El padre de Eluana, en cambio, considera que "dar al paciente el poder de poner un límite a la curación es algo justísimo y no significa de ningún modo matar". "Pedía justicia y los magistrados me la han dado", afirmó Beppino Englaro, en declaraciones a los medios italianos.

"Aceptar que Eluana, después del accidente no se habría despertado nunca más fue la tragedia más grande de nuestra vida. Cada día, desde hace 17 años visitamos la tumba de nuestra hija. Nuestra hija murió el día del accidente: no será la sepultura de su cuerpo la que nos diga que ya no está", explicó, al tiempo que pidió a los periodistas "silencio" y que le dejen "salir de la escena".