La UE destina 160 millones de euros a luchar contra el hambre

BRUSELAS, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

La Comisión Europea aprobó este martes destinar 160 millones de euros para contribuir a paliar el hambre en el mundo en 2008 debido al "serio deterioro" en el suministro de alimentos a los necesitados. La cuantía de la ayuda financiará, según los cálculos de Bruselas, programas alimentarios que beneficiarán a cerca de 19 millones de personas que viven en el África subsahariana, Asia, el Cáucaso, Oriente Próximo y el norte de África.

El comisario de Desarrollo y Ayuda Humanitaria, Louis Michel, destacó que "la población vulnerable en muchos de los países más pobres del mundo está cada vez más expuesta a las catástrofes naturales, los conflictos y las presiones económicas, todo lo cual puede conducir rápidamente a situaciones de hambruna" y subrayó "el papel esencial" de la UE para garantizar "el suministro de ayuda alimentaria" a los más necesitados, así como "en la recuperación de la producción de alimentos".

El portavoz Michel, John Clancy, explicó en rueda de prensa que la Comisión "es consciente de los problemas potenciales de la elevada inflación de los alimentos" y justificó la ayuda comunitaria para evitar "una sequía alimentaria" en el mundo. Asimismo, aseguró que Bruselas "garantizará, en caso necesario, más dinero" para que los agricultores de los países afectados puedan comprar semillas y garantizar la producción de cultivos.

No obstante, recordó que se trata de la "mayor" ayuda en términos cuantitativos que la Comisión ha destinado a programas alimentarios en toda su historia servirá para paliar las necesidades de los colectivos más vulnerables por la escasez de alimentos provocada por catástrofes naturales, crisis económicas y políticas y conflictos armados. El año pasado, por ejemplo, Bruselas destinó 130 millones de euros a paliar el hambre en el mundo.

El Ejecutivo comunitario destinará la ayuda a 17 territorios prioritarios: Sudán, Chad, Somalia, Kenia, Etiopía, Uganda, República Democrática del Congo, Tanzania, Burundi, los países del África Subsahariana, Liberia, Zimbabue, Afganistán, Nepal, Sri Lanka, Colombia y los territorios palestinos, después de realizar una evaluación detallada de los niveles de inseguridad alimentaria atendiendo a criterios de necesidad.

Por su parte, el portavoz de Agricultura, Michael Mann, rechazó que la producción de biocarburantes en la UE a partir de materias primas como el maíz o el azúcar, sea el causante del aumento de precios de los alimentos. Consideró que el 2% de superficie en la UE destinada a cultivar cereales para biocarburantes es sólo "uno de los factores" y citó otras razones como "la mala" cosecha en varias partes del mundo, incluida Europa, problemas relacionados con el cambio climático, la creciente demanda de alimentos en Asia, así como "ciertas restricciones a la exportación" de cereales en países como Ucrania y Rusia.

Los Veintisiete se han comprometido a utilizar el 10% del carburante para transportes procedente de los biocombustibles de aquí a 2020. En este sentido, Mann aseguró que la Comisión no prevé "ningún problema" por el hecho de aumentar el cultivo de biocombustibles en la UE para alcanzar dicho objetivo o que este aumento llegue a "reducir demasiado la producción agrícola". En cualquier caso, recordó la propuesta del Ejecutivo comunitario de "eliminar" el barbecho en la UE este año para "dar la posibilidad a los agricultores de aumentar su producción".

PROGRAMAS Y BENEFICIARIOS

Los primeros beneficiados directos de la ayuda comunitaria, --que sumarán alrededor de 18,7 millones de personas-- serán los refugiados, desplazados internos y comunidades de acogida en áreas afectadas por el desplazamiento de poblaciones. Bruselas concederá prioridad a los niños y a las madres jóvenes.

En concreto, los 160 millones servirán para financiar la distribución de ayuda alimentaria a las poblaciones afectadas por catástrofes naturales, epidemias o conflictos armados y la recuperación nutricional de grupos vulnerables, especialmente menores de cinco años y sus madres, tanto en situaciones de crisis súbitas como prolongadas.

Asimismo, servirá para sufragar actividades que promuevan el restablecimiento de los activos comunitarios rurales basados en el principio de "alimentos a cambio de trabajo", incluidos proyectos de generación de ingresos, así como la recuperación del sustento básico de la población vulnerable que regresa a sus hogares o afectada por una nueva crisis.

A corto plazo, la ayuda contribuirá a la producción familiar de alimentos, mediante la distribución de semillas, herramientas y fertilizantes entre otros para promover el cultivo familiar, así como la diversificación del suministro de fuentes de abastecimiento de alimentos, tales como la pesca o la cría de ganado.

Los proyectos que financiará la ayuda comunitaria serán ejecutados por el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, según explicó el Ejecutivo comunitario en un comunicado. En cambio, los programas nutritivos y proyectos a corto plazo serán canalizados a través de las organizaciones no gubernamentales y el Comité de Internacional de la Cruz Roja, entre otros.