Actualizado 09/04/2008 17:12

Amnistía y HRW condenan la "caza de brujas" policial y judicial contra personas infectadas por el VIH en Egipto

LONDRES, 9 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un centenar de organizaciones humanitarias de todo el mundo, entre ellas Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW), han denunciado las "medidas represivas" adoptadas por la Policía egipcia contra cuatro personas infectadas por el VIH/sida así como las condenas a tres años de prisión y otros tantos de residencia vigilada dictadas hoy en El Cairo contra otros cinco hombres acusados de "hábitos licenciosos", expresión con la que el código penal egipcio se refiere a la homosexualidad.

El pasado 13 de enero, un tribunal de El Cairo declaró culpables a cuatro hombres de "hábitos licenciosos" y los condenó a un año de cárcel. El 2 de febrero se ratificaron sus condenas en apelación. El 4 de marzo, fiscales de El Cairo dictaron actas de acusación formal contra otros cinco hombres, cuyo juicio se celebró hoy para responder del cargo de "hábitos licenciosos".

Antes de dictar la última acta de acusación, el fiscal jefe aseguró a un abogado de los acusados que no se permitiría a estos hombres "deambular libremente por las calles" porque el Gobierno los considera "un peligro para la salud pública".

En una carta dirigida ayer al Ministerio de Salud y al Sindicato Médico Egipcio, 117 organizaciones de todo el mundo, encabezadas por Amnistía y HRW, han asegurado que la Policía de El Cairo ha recluido a doce hombres desde octubre de 2007 como parte de una persecución progresiva de personas sospechosas de ser portadoras del VIH.

Las detenciones comenzaron cuando un hombre, interceptado en la calle durante un altercado, confesó a la Policía que era seropositivo. Los agentes lo detuvieron junto a otro hombre que estaba con él y los golpearon e insultaron. "A partir de ahí empezaron a detener a otras personas cuyo nombre o datos de contacto habían averiguado interrogando a los primeros detenidos", se lee en la carta.

Los 12 hombres fueron acusados de "hábitos licenciosos", que, según la legislación egipcia, incluyen los actos sexuales de mutuo acuerdo entre varones. Varios médicos del Ministerio de Salud sometieron a todos los detenidos a pruebas forzosas de VIH sin su consentimiento, según las organizaciones. Asimismo, los médicos de la Autoridad Médica Forense de Egipto realizaron exámenes anales forzosos y abusivos a los hombres para "demostrar" que habían tenido relaciones sexuales con varones.

Algunos detenidos han contado a sus abogados que fueron golpeados durante la custodia por guardias y agentes de policía, y que un fiscal le informó a uno de ellos de que había dado positivo en la prueba del VIH diciéndole: "A las personas como usted habría que quemarlas vivas. No merece vivir".

Los presos cuyas pruebas del VIH dieron resultado positivo permanecieron durante meses recluidos en hospitales, encadenados a sus camas, se lee en el texto. Tras la repulsa general expresada dentro y fuera del país, el Ministerio de Salud finalmente ordenó que se les retiraran las cadenas el 25 de febrero.

LA ÉTICA MÉDICA

En su carta, las organizaciones afirman que los médicos que han ayudado a interrogar a varios hombres encarcelados como presuntos portadores del VIH "violaron la ética médica. "Los médicos deben anteponer el interés de los pacientes, no unirse a una caza de brujas basada en prejuicios", manifestó el director del programa sobre VIH/sida de Human Rights Watch, Joe Amon. "Más de un centenar de grupos de Derechos Humanos recuerdan a los médicos egipcios que han jurado respetar la intimidad, la autonomía y el consentimiento de los pacientes", prosiguió.

Los grupos firmantes de la carta abarcan 41 países --entre ellos España-- de seis regiones del mundo. Entre ellos hay organizaciones nacionales e internacionales dedicadas a asuntos de salud y Derechos Humanos y que defienden los derechos de las personas que viven con el VIH/sida.

"Es inaceptable que los médicos realicen pruebas forzosas del VIH o examinen a personas para 'demostrar' unos hechos que nunca se debieron tipificar como constitutivos de delito", aseguró el director del Programa Regional de Amnistía Internacional para Oriente Próximo y el Norte de África, Malcolm Smart. "Todo médico que facilite o participe en la comisión de abusos contra los Derechos Humanos está conculcando sus deberes fundamentales", añadió.