Actualizado 03/06/2008 19:48

Birmania.- Las agencias humanitarias desaconsejan el regreso de los supervivientes del 'Nargis' a sus aldeas de origen

MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los trabajadores humanitarios que operan en Birmania expresaron hoy su preocupación por las informaciones que afirman que los supervivientes del ciclón 'Nargis' están regresando a sus lugares de origen en el devastado delta de Irrawaddy, según la agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN.

En la ciudad de Myaungmya, afectada sólo de forma moderada por el ciclón y que había llegado a ser un imán para los supervivientes, hay actualmente sólo ocho asentamientos temporales, muy por debajo de los 30 asentamientos que había hace una semana, según declaró uno de estos trabajadores.

El director para Birmania de Médicos Sin Fronteras (MSF), Frank Smithuis, declaró a IRIN que las autoridades de Laputta están cerrando todos los asentamientos temporales en la atestado centro de la ciudad y ofreciendo a los residentes la opción de volver a sus comunidades o reubicarles en nuevos asentamientos situados a varios kilómetros a las afueras de la ciudad.

Otro trabajador de ayuda internacional que visitó Laputta a comienzos de la semana pasada, afirmó que a los supervivientes que se dirigen hacia sus aldeas se les dio distintos suministros entre los que se incluían mantas, utensilios de cocina y alimentos para diez días, además de la promesa de que recibirán más.

Estos comentarios llegan después de las noticias sin confirmar que hablan de que la gente que vuelve a sus aldeas carece de refugio adecuado, alimentos, agua y servicios sanitarios. La ONU estima que recientemente permanecían cerca de 260.000 personas en asentamientos temporales situadas en 14 municipios distintos y, según Naciones Unidas, se debería evitar estos regresos.

"No aprobamos los regresos prematuros a las zonas donde no hay servicios", dijo el pasado 30 de mayo en Bangkok el director de la oficina regional para Asia y Pacífico de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). "La gente necesita ser asistida en los asentamientos, y las condiciones satisfactorias necesitan crearse antes de que puedan volver a sus lugares de origen. Este punto se ha dejado muy claro a las autoridades", añadió.

Al menos 134.000 personas fueron declaradas muertas o desaparecidas y más de dos millones quedaron en la indigencia después de que el 'Nargis' golpeara Birmania. Algunos supervivientes se trasladaron a monasterios y edificios escolares, mientras que otros se refugiaron en campamentos creados por el Gobierno.

El representante del ministro de Defensa de Birmania, general Aye Myint, declaró en una rueda de prensa el pasado fin de semana que "el proceso de reasentamiento y de rehabilitación será rápido".

FALTA DE ACCESO

Sin embargo, las agencias de Naciones Unidas han expresado su preocupación por su capacidad para asegurar un suministro estable de alimentos y de otros servicios a aquellos que vuelven a sus aisladas aldeas, especialmente por la complicada geografía de la zona devastada.

"El riesgo real es que si la gente vuelve, y no hay acceso para llegar a ellos con el fin de facilitarles la distribución de los servicios esenciales en sus lugares de origen, se convertirán en invisibles e inaccesibles para los trabajadores humanitarios", afirmó la directora regional del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Anupama Rao Singh. "Por tanto, todos nosotros deberíamos afrontar el riesgo de una segunda ola de enfermedad y desastre", alertó.

Para mitigar este riesgo, el Programa Mundial de Alimentos (PAM), escalonó la distribución de alimentos y ahora tiene capacidad para asegurar suministros en algunas de las zonas más remotas.

Un portavoz del PAM, Paul Risley, afirmó que la agencia, junto con las organizaciones que la apoyan, podría distribuir una cantidad estimada de 400 toneladas de alimentos al día, en parte con la ayuda de una flota de más de 30 barcos con capacidad para viajar a través de los estrechos canales del delta y así alcanzar las aldeas que quedarían, de otro modo, inaccesibles.

Mientras el PAM estimó en un principio que necesitaría distribuir cerca de 380 toneladas diarias de alimentos para llegar al menos a 750.000 personas, cree que actualmente 1,5 millones de personas requieren asistencia alimentaria.

"La gente no puede regresar a sus aldeeas a no ser que tengan asegurados suministros regulares de alimentos", dijo Risley. "Se está consiguiendo distribuir alimentos en estos lugares en el delta, pero mantener este nivel durante las próximas semanas seguirá suponiendo un desafío", añadió.

El PAM, la Federación Internacional de la Cruz Roja, MSF y otras agencias dicen que un problema en el escalonamiento de la ayuda en las localidades remotas es obtener permiso para los expertos internacionales con el fin de que trabajen en la zona del desastre, a pesar de la promesa de Birmania de permitir acceso al delta a los "auténticos trabajadores humanitarios".