Actualizado 19/11/2008 10:29

Profesores jubilados diseñan en India tecnologías para mejorar la calidad de vida de la población


KANYAKUMARI (INDIA), 19 Nov. (de la enviada especial de Europa Press Rosana Ribera) -

Profesores jubilados, a partir de los 58 años, trabajan en India en el diseño de tecnologías aplicadas para mejorar la calidad de vida de la población, tales como depósitos de almacenamiento de agua, plantas de biogas o cocinas solares.

El Centro de Tecnologías Aplicadas (CAT) es una institución sin animo de lucro en la que voluntarios jubilados trabajan para la difusión de la tecnología rural. Fue fundada en 1980 por un ingeniero, F.P. Guillet y tiene como objetivo la promoción de la aplicación de la ciencia y la tecnología en beneficio de los mas débiles, fundamentalmente pescadores, artesanos y granjeros. La sede se halla en Nagerkoi.

Así, por ejemplo, los profesores jubilados, conocidos también como sabios, han ideado unas cocinas de barro sin humos de las que ya han distribuido entre las familias más pobres más de 60.000, ya que las mujeres cocineras sufren mucho en India de problemas respiratorios y oculares.

También desarrollaron unas letrinas sanitarias, cuyos restos se mezclan con ceniza y luego son reutilizados como abono. Una familia puede conseguir llenar ocho sacos de cemento de esta materia orgánica en seis meses. De estas letrinas se han producido unas 16.000, ya no solo para familias, sino también para colegios.

En relación al tsunami --que dejó en India más de 8.000 muertos, según fuentes locales, aunque el Gobierno cuantifique menos, especifican, la mayoría en el estado de Tamil Nadu, pero también en Kerala-- los sabios del CAT se dieron cuenta de que los efectos de los maremotos se podían minimizar con una planta llamada 'mangrove'. Así, decidieron criarlas en maceteros de barro hasta su plantación definitiva en las playas. Hasta la fecha han situado en las playas indias unas 48.000.

AGUA LIMPIA EN DEPOSITOS

El presidente del CAT, el doctor A.M. Selvaraj, explicó a una delegación de Manos Unidas, que viajó a la zona para comprobar sobre el terreno la evolución de un proyecto de construcción de 110 depósitos de almacenamiento de agua y cien plantas de biogas, que los beneficiarios del primer proyecto son familias de cinco o seis miembros que pagan la tercera parte de lo que vale el tanque (15.000 rupias, unos 275 euros).

Hasta la fecha se han beneficiado en la localidad de Alankotai 32 familias, que gracias al programa de Manos Unidas recogen en épocas de lluvia agua unos 10.000 litros para el resto del año, que utilizan exclusivamente para beber y cocinar. La ONG española contribuyó a este proyecto con mas de 40.000 euros.

Una caja de cartón rellena de heno para terminar de servir la comida y mantenerla caliente (que supone un ahorro de unas 250 rupias al mes por familia) o una cocina solar (que en una hora cocina un kilo de arroz sin gasto alguno) fueron otros inventos mostrados por los sabios a la delegación de Manos Unidas.

El grupo de la ONG que viajó a la India estaba formado por la presidenta, Begoña de Burgos; la responsable de Proyectos en Asia; Clara Pardo; la responsable de Proyectos del Sur de India, Caridad Roa; y la responsable de Proyectos del Centro de India, África Marcillach, además de Maria Eugenia Diaz, del departamento de Medios.