MADRID 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
El catedrático de Tecnología del Medio Ambiente de la Universidad de Cantabria, José Luis Gil, afirmó hoy que es necesario aprovechar la "actual fase de ralentización de la economía" para solucionar los graves problemas de planificación e infraestructuras en los campos del agua y la energía y, en ese sentido, añadió que sería "positivo un gran pacto social" en España sobre la gestión de los recursos hídricos que de respuesta a las necesidades reales de todos los españoles.
Gil acusa a los "últimos gobiernos socialistas", en un artículo publicado por la revista 'Papeles' de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), de los "retrasos" y del "grave" lastre que soporta la política hídrica por "fines electoralistas". En su opinión, estas políticas "han paralizado y anulado los esfuerzos realizados para poner en marcha las actuaciones previstas en el Plan Hidrológico Nacional".
"España no puede volver a permitirse que un proyecto de interés general y de alcance intergeneracional, quede definitivamente paralizado", insistió Gil. Así, acusó también a la postura ante el Plan Hidrológico Nacional del gobierno catalán y de la Comisión Europea de estar fundadas en "razones de oportunismo político y no en razones ambientales".
Por otra parte, afirmó que es preciso afrontar los desafíos que apunta un documento de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo, en el que se urge a la plena aplicación de la Directiva Marco del Agua, a corregir las políticas ineficaces de la tarificación del agua, a planificar los usos del suelo por su relación con la utilización del agua, a potenciar las enormes posibilidades del ahorro de agua y a fortalecer el conocimiento e información de alta calidad.
En definitiva, el catedrático abogó por una economía que haga un "uso eficiente del agua" y que incida sobre el suministro de agua para los distintos usos, entre los que tiene una "participación significativa el consumo energético y en consecuencia el cambio climático".
Para ello, indicó que en sintonía con las líneas marcadas por la Unión Europea en otros sectores de la política ambiental, en el caso de la gestión del agua "se considera prioritario mejorar la eficiencia reduciendo su consumo", la reutilización cuando sea posible. También defendió la necesidad, "en función de las circunstancias regionales concretas", de aportar los recursos necesarios mediante infraestructuras hidráulicas como embalses, transferencias y aprovechamiento de acuíferos, o con otras alternativas como la desalación.
Por último, Gil hizo un llamamiento en una "situación económicamente crítica", para que se sienten las bases de "un pacto social que recupere una gestión de los recursos hídricos basada en criterios de integración territorial, solidaridad regional y calidad ecológica de masas de agua".