Actualizado 24/06/2008 15:52

El CSN da el visto bueno para el inicio de actividad en la celda 29 del Cabril (Córdoba), que autorizará ahora Industria

CÓRDOBA, 24 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Pleno del Consejo Seguridad Nuclear (CSN), en su sesión del pasado 18 de junio, ha aprobado la "propuesta de modificación de diseño --en El Cabril-- para el almacenamiento de residuos de muy baja actividad", lo que supone el visto bueno al inicio de actividad en la celda 29 de dicha instalación, que ahora deberá autorizar el Ministerio de Industria.

Según dijeron hoy a Europa Press fuentes de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), que gestiona el centro de almacenamiento de residuos radiactivos de baja y media actividad de El Cabril, ubicado en la provincia cordobesa, tras el preceptivo informe favorable ya aprobado por el CSN, los gestores de la instalación esperan contar, "entre hoy y los próximos días, con la autorización de explotación", que emitirá Industria en forma de licencia a favor de Enresa, permitiendo a esta empresa pública operar en la citada celda 29.

Con anterioridad y en declaraciones a Europa Press, el presidente de Enresa, José Alejandro Pina, recordó que El Cabril dispone desde el pasado abril de esta nueva instalación, habilitada para la gestión y almacenamiento de residuos radiactivos de muy baja actividad, ahora albergados en almacenes temporales en el propio Cabril, y que, con las autorizaciones del CSN e Industria, serán trasladados a la celda 29.

"Otra cuestión --precisó Pina-- es que, por interés de la compañía, se pueda estar un mes haciendo pruebas en la nueva instalación", pero, en cualquier caso, Enresa ya dispone prácticamente de todos los permisos precisos para comenzar las operaciones de almacenamiento en la celda 29 de los residuos de muy baja actividad, procedentes de incidentes en acerías --como los sucedidos en Acerinox o Siderúrgica Sevillana en 1998 y 2001-- o del desmantelamiento de centrales nucleares, entre otros.

Para el presidente de Enresa, ello no sólo es positivo para el proceso de gestión de los residuos radiactivos en El Cabril, situado en el término municipal de Hornachuelos, sino que también "es una buena noticia para los españoles, porque esto garantiza absolutamente que el tema de los residuos de baja y muy baja actividad queda resuelto para los próximos 40 años".

CUATRO CELDAS.

Esta nueva estructura para residuos de muy baja actividad, con capacidad para almacenar 33.000 metros cúbicos, es la primera de un total de cuatro, con capacidad para acoger un total de 130.000 metros cúbicos, que se construirán de forma gradual y que proporcionarán a El Cabril la capacidad suficiente para almacenar los residuos radiactivos de muy baja actividad que se generen en España.

La solución que aporta Enresa a los residuos radiactivos de muy baja actividad es tecnológicamente distinta a la de los residuos de baja y media actividad, ya que, debido a las características de estos materiales, las barreras de hormigón son innecesarias.

La nueva instalación, que entrará en funcionamiento en cuanto el CSN, primero, y el Ministerio de Industria, después, le otorguen la autorización de explotación, incorpora, además de la propia celda de almacenamiento en sí, un edificio específico para la manipulación y acondicionamiento de este tipo de residuos, denominado 'edificio tecnológico'.

El diseño prevé una durabilidad y eficacia de las barreras de aislamiento de estos materiales superior a los 60 años, que es el tiempo que se requiere para que la radiactividad de estos residuos de muy baja actividad decaiga a niveles del fondo natural. De hecho, la radiactividad total a almacenar es tan pequeña que no ha supuesto la modificación del inventario radiológico autorizado para El Cabril.

CINCO AÑOS DESPUÉS.

El inicio de actividad de la celda 29 supondrá el final de un proceso que comenzó hace cinco años, cuando en 2003 Enresa solicitó al Ministerio de Industria la modificación de diseño del centro de almacenamiento de El Cabril, lo que llevó a un proceso que culminó con la autorización por Industria, en febrero de 2006, de la solicitud de ejecución y montaje de una instalación complementaria para residuos radiactivos de muy baja actividad, con un presupuesto de ejecución que inicialmente se calculó en más de nueve millones de euros.

Para la obtención de la todavía pendiente autorización de explotación, Enresa ya presentó al CSN, entre otra documentación, un estudio de seguridad, un plan de emergencia, las especificaciones técnicas de funcionamiento de la instalación y los criterios de aceptación de unidades de almacenamiento.

De esta forma se ha concluido un proceso que tuvo ya un recorrido anterior, pues fue en los años 1999, 2001 y 2002, cuando la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados instó al Gobierno central a implementar en El Cabril "instalaciones complementarias, menos complicadas tecnológicamente, para almacenar residuos de muy baja actividad", al objeto de "no malgastar el importante activo que para el país representa el almacenamiento de El Cabril".

En su momento, para Enresa, los incidentes de Acerinox y de Siderúrgica Sevillana "pusieron de manifiesto la eventualidad de que se produzcan en España residuos radiactivos de muy baja actividad y de muy bajo riesgo, pero que no deben ser tratados como residuos convencionales".

Por ello, se consideró preciso el diseño y ejecución de la instalación complementaria para residuos radiactivos de muy baja actividad en El Cabril, que Enresa considera "una adecuación tecnológica necesaria para poder atender una amplia diversidad de casuísticas que pudieran generar residuos de muy baja actividad".