SEVILLA 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Policía Nacional ha desarticulado una organización delictiva compuesta por españoles y brasileños supuestamente dedicada a la introducción en España de ciudadanas brasileñas mediante engaño para ser obligadas posteriormente a ejercer la prostitución en clubes de alterne, propiedad de dicha organización, en las provincias de Sevilla y Badajoz.
Un comunicado remitido por la Policía explicó que esta actuación --bautizada con el nombre de 'operación Cuna'-- se saldó con la detención de 37 personas de nacionalidades española, brasileña y portuguesa. De ellas, nueve fueron detenidas por delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y relativos a la prostitución, así como 28 ciudadanas extranjeras por estancia irregular.
Las detenciones se produjeron el pasado lunes, cuando se realizaron sendos controles de extranjería por parte de las Brigadas Provinciales de Extranjería y Documentación de Sevilla y Badajoz en dos clubes de la provincia hispalense y otros dos en Villafranca de los Barros y Montijo, en Badajoz.
Según añadió el comuniado, la investigación comenzó hace tres meses al conocerse que una menor brasileña fue captada en su país por la organización, que le ofreció un trabajo como "empleada de hogar", llegando incluso a mostrarle un contrato de trabajo firmado por la presunta propietaria de la empresa, también de nacionalidad brasileña. A raíz de ello la convencieron de que tenía que obtener un pasaporte falso, ya que siendo menor de edad no podría trabajar en España, con la contraprestación de que todos los gastos derivados del viaje y de la documentación falsa --unos 2.500 euros-- serían sufragados por la empresa. La joven tendría que devolver el dinero cuando llegara a España y comenzara a trabajar.
Una vez en España, la menor presuntamente fue trasladada directamente a un club de alterne de Villafranca de los Barros (Badajoz), donde la gerente del mismo y dirigente de la organización le hizo ver la realidad, manifestándole "por medio de amenazas contra ella y su familia que tendría que ejercer la prostitución hasta saldar la deuda contraída con la red". La joven aceptó, siendo coaccionada y amenazada por los miembros del grupo organizado, conocedores de su minoría de edad, que la trasladaron en repetidas ocasiones de clubes de Badajoz y Sevilla con el fin de sustraerla a un posible control policial.