NUEVA YORK 4 Nov. (EUROPA PRESS) -
Varios altos cargos de Naciones Unidas advirtieron ayer en un comunicado de que las condiciones de seguridad en el este de Chad, en la zona de Dogdoré, perjudican la asistencia humanitaria y, por tanto, amenaza la vida de 26.000 personas desplazadas en el interior de su propio país.
El miembro de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios, Philippe Verstraeten, lamentó que "las operaciones humanitarias permanecen suspendidas en Dogdoré, a excepción de actividades urgentes como respuestas a emergencias médicas y provisión de agua potable". En este sentido, la mayoría de las agencias interrumpieron sus actividades el mes pasado.
El este de Chad acoge actualmente a unos 315.000 refugiados, la mayoría procedentes de Sudán y, en concreto, de la convulsa región de Darfur, y otros 180.000 desplazados internos. Por ello, las ONGs han solicitado al Gobierno de Yamena que dote de seguridad a los cooperantes, algo que reiteró ayer el subsecretario general de Asuntos Humanitarios de la ONU, John Holmes. A su juicio, esta medida iría "en interés de la protección de los civiles".