Actualizado 16/03/2017 12:01

EPSocial, 10 años de periodismo social

José María Prieto, profesor de Periodismo de la Univerdad Carlos III de Madrid
EUROPA PRESS

   MADRID, 16 / Por José María Prieto Ampudia, Profesor de Periodismo de la Universidad Carlos III de Madrid

   Desde que el periodismo existe, cada vez que ha habido un periodo de zozobras, crisis, alejamiento de las audiencias y, sobre todo, falta de confianza por parte de los ciudadanos en los medios, siempre han llegado intentos de volver a los orígenes. Ya se sabe, ante la duda, periodismo. Pero además de esa máxima, siempre se ha tratado de encontrar enfoques para acercarnos a la sociedad, para recuperar y/o mantener su confianza, la máxima de un oficio que, si pierde la credibilidad, se deja en la gatera gran parte de su fin último.

   A finales de los años 70 y principios de los 80 del siglo pasado (y parece que se repite con cierta asiduidad), se produjo una destacada crisis de credibilidad en los medios, especialmente en Estados Unidos. Y fue entonces cuando nacieron nuevos enfoques periodísticos que luego se han extendido al resto del mundo con el objetivo de recuperar la confianza de los públicos: el periodismo de servicio, es decir, ser útiles a las audiencias; el periodismo cívico, que retoma el contacto con los ciudadanos y los incorpora dentro de la información; y, algo más tarde, y no sólo en Estados Unidos, el periodismo social, en la seguridad de que nada hay que acerque más la realidad informativa a la ciudadanía que poner un foco social a toda la actualidad, venga de donde venga.

   Pero, ¿qué es el periodismo social? ¿Es distinto al resto de formas de realizar este maravilloso oficio? ¿Es diferente del periodismo político, económico, cultural o deportivo? Sin ninguna duda, sí, sin significar con ello que estas otras formas de ejercer no sean válidas, correctas y deseables.

   Quienes creen en este tratamiento informativo (subráyese informativo), en este modo de hacer periodismo, lo tienen muy claro: periodismo social es el que sitúa un foco social sobre toda la actualidad, venga de donde venga (de la política, de la cultura, de la economía o de los temas puramente sociales); el que trata de colocar ese enfoque y las temáticas más sociales en la agenda informativa; el que es capaz de dar voz a quienes, en ocasiones, no tienen esa oportunidad, esto es, a la sociedad civil, a personas que tienen mucho que contar y no sólo a las élites; y, todo ello, realizado con el máximo rigor -como en el resto de enfoques- pero cuidando extremadamente la utilización del lenguaje y la forma de ejercer la profesión. En definitiva, un periodismo hecho por personas, que trata sobre personas y va dirigido a personas, ahí está la máxima. Y no todo vale.

   Las agencias de noticias, esa cuna del periodismo por la que todos los que ejercen la profesión tendrían que pasar alguna vez, alejado de egos (ni siquiera se firman las noticias) y siempre pegadas a la información, ha evolucionado en los últimos años al ritmo de la sociedad. Se han abierto y, de ser leídas sólo por otros periodistas, ahora se ofrecen también a la ciudadanía con información directa y sencilla en sus webs, sin rodeos.

   De ahí que la iniciativa EPSocial, que Europa Press inició hace ya 10 años, y que se ha consolidado como uno de los reductos -y créanme que no existen muchos- de periodismo social, adquiera un valor esencial: porque está enmarcada en la acción informativa cotidiana de la primera agencia privada de noticias del país; porque sitúa enfoques y temáticas sociales al mismo nivel que el resto de la actualidad; y porque huye además del "buenismo" que se atribuye en ocasiones a los periodistas "sociales".

   De ahí la importancia de este espacio de periodismo al alcance de todos. Una información que sirve además de elemento de cohesión social, hace de altavoz de muchos problemas y realidades que nos rodean, y aborda las cuestiones que afectan de lleno a los ciudadanos. Sin más pretensiones que informar. Nada más pero también, nada menos.