Actualizado 22/10/2015 19:45

Aprobado el plan de usos del puerto de Villaricos para potenciar turismo

ALMERÍA, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Consejería de Fomento y Vivienda ha aprobado el plan de usos de los espacios portuarios de Villaricos, en Cuevas de Almanzora (Almería), una de cuyas principales novedades es el impulso al desarrollo del sector turístico en estos recintos, actualmente dedicados fundamentalmente a la náutica de recreo.

En total, plan destina 1.376 metros cuadrados de suelos para que la iniciativa privada pueda instalarse y realizar actividades complementarias a las propiamente portuarias, fundamentalmente de ocio, tiendas y restauración, según ha explicado la Junta en una nota.

Como principal novedad, destaca el objetivo general de desarrollar actividades de carácter complementario al uso portuario y de perfil urbano en el campo del ocio y el esparcimiento. Así, se plantea que las "explanadas de ribera que no se destinan a la actividad náutico-recreativa deben constituir un soporte para la implantación y desarrollo de actividades que propicien una adecuada integración puerto-ciudad", así como de "actividades lúdicas y recreativas vinculadas al sector turístico, con el protagonismo territorial que corresponde a Villaricos en el Levante almeriense".

En La Balsa se destina a este uso espacios de unos 874 metros cuadrados situados en las proximidades del edificio de vestuario y aseos, aprovechando las explanadas construidas entre el muro del paseo marítimo y las escaleras de acceso al puerto.

Por su parte, en La Esperanza es una parcela de 502 metros cuadrados también en las proximidades del acceso al recinto portuario y junto al paseo marítimo, que actualmente no tiene un uso definido. Las actuaciones deberán realizarlas los empresarios que quieran instalarse en estos suelos, estimándose en principio una inversión privada de unos 450.000 euros en la adecuación general de las plataformas portuarias y la construcción de nuevos edificios para dichas actividades complementarias.

En cumplimiento de este plan de usos, la Agencia Pública de Puertos de Andalucía, adscrita a la Consejería, acaba de otorgar una concesión para la instalación de un restaurante en La Esperanza. Se trata en concreto de una concesión administrativa para la construcción y explotación por seis años de un chiringuito de madera desmontable, en el cual el promotor privado prevé invertir 130.000 euros entre las obras de la estructura general, maquinaria y mobiliario, generando con ello empleo y actividad económica en el puerto.

En términos generales, se permite la instalación de tiendas de efectos navales y servicios de restauración, pudiendo estos últimos disponer de terrazas mediante elementos desmontables siempre que no interrumpan la circulación peatonal y cumplan la normativa sobre accesibilidad y eliminación de barreras arquitectónicas. Se prohíben expresamente las actividades que puedan originar ruidos o causar molestias tanto a los usuarios del puerto como a los vecinos, tales como discotecas o establecimientos de diversión nocturna.

Por otra parte, dentro de los espacios terrestres se permite también la estancia en seco de embarcaciones para su mantenimiento y reparación, así como los medios de izado y botadura de las mismas en las proximidades de las rampas, siempre y cuando no afecten a la accesibilidad peatonal y rodada al recinto y cuenten con las condiciones adecuadas de seguridad.

El resto de zonas terrestres se continuarán destinando a servicios de acogida a tripulaciones recreativas, administración del puerto, vestuarios, aseos, sedes sociales de entidades deportivas náuticas y actividades ligadas a la actividad pesquera artesanal, como elementos de sombra y mobiliario urbano.

En cuanto a las láminas de agua, seguirán dedicándose al amarre de la flota recreativa, barcos pesqueros artesanales y embarcaciones que realicen actividades de carácter lúdico, formativo o turístico. En total, entre La Balsa y La Esperanza, el Plan de Usos ordena 40.400 metros cuadrados de superficie, correspondiendo 11.800 metros cuadrados a zonas terrestres y el resto a lámina de agua, ajustando así la zona de servicio portuario al deslinde del dominio público marítimo-terrestre y a las infraestructuras de abrigo existentes.