Unidad de Cocina del Hospital Universitario Virgen del Rocío. - JUNTA DE ANDALUCÍA
SEVILLA 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Unidad de Alimentación del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla (HUVR) ha puesto en marcha un plan "pionero" de reducción del desperdicio alimentario hospitalario con el que pretende disminuir la comida sobrante en un 20%. Asimismo, el proyecto tiene como objetivo "mejorar el bienestar del paciente" a través de la humanización del servicio de alimentación, promoviendo una cultura de "sostenibilidad y cuidado integral".
Según ha explicado el centro sanitario en una nota, esta iniciativa se ha desarrollado gracias a un equipo multidisciplinar formado por profesionales de Bromatología, dietistas-nutricionistas, jefes de cocina, cocineros, pinches, técnicos en Alojamiento (TSA) y del proveedor único (Serunion).
Así, la ingeniera y una de las impulsoras del proyecto, María José Robles Moreno, ha señalado que en el equipo "se ha sabido integrar la Dirección por Proyectos con la Sostenibilidad Alimentaria, mejorando la calidad nutricional, el bienestar del paciente y el impacto ambiental del hospital".
Por este proyecto, la unidad ha sido galardonada con el Tercer Premio Nacional en el Congreso de Hostelería Hospitalaria. "Este premio no solo reconoce los resultados obtenidos hasta ahora, sino también una visión de sanidad más consciente, eficiente y cercana, que pone a las personas en el centro, y que demuestra que la sostenibilidad también cura", ha destacado Moreno.
Según ha subrayado la Junta, más allá de reducir el desperdicio en más de un 20%, el objetivo de quienes han puesto en marcha esta iniciativa es "ofrecer cada día una alimentación más personalizada, adaptada a las necesidades reales de cada paciente y que contribuya a su recuperación y bienestar".
ACCIONES DEL PROYECTO
El hospital han informado que el proyecto comenzó a ponerse en marcha el pasado mes de abril en la cocina. El primer paso "fue hacer un diagnóstico de la situación para lo que, entre junio y julio pasado, se realizaron encuestas a pacientes del centro y se midió el desperdicio real de comida". Ya en septiembre y "tras analizar los resultados, se diseñó un nuevo menú".
Uno de los puntos "destacados" según ha explicado el centro, ha consistido en "recalibrar" las dietas basales del hospital, "cumpliendo con el objetivo propuesto por la Unidad Endocrinología de alcanzar las 2.700 kcal/día".
Tras la auditoría interna sobre los desperdicios en el hospital, el proyecto "ha incluido una serie de medidas para aminorarlos", como son la formación del personal en técnicas de aprovechamiento y proporción, talleres de cocina sostenible e incrementar la selección de menús para los pacientes con opciones equivalentes nutricionalmente.
El centro sanitario ha afirmado que también ha apostado, entre otras medidas, por el "reaprovechamiento responsable", como, por ejemplo, el pan no consumido, donarlo a empresas para hacer pienso animal.
Otras ideas derivadas de las encuestas realizadas a los pacientes han sido mejorar la calidad y preparación del pescado; aumentar la variedad de platos para evitar repeticiones; mejorar la temperatura de los alimentos en el servicio; reducir las cantidades para evitar desperdicio alimentario; opciones más saludables en meriendas y más personalización según las necesidades.
Según ha indicado la Junta, el proyecto tiene dos años de duración y está previsto que cada uno de los pasos del proceso --encuestas, medición del desperdicio, mejora del menú-- se realice una vez cada seis meses con la idea de dar dos vueltas a cada menú --invierno y verano--.
FORMACIÓN Y SENSIBILIZACIÓN
Para que este proyecto sea efectivo, el centro ha recalcado que es "fundamental" la "formación y la sensibilización de todos los profesionales que intervienen en el proceso". Para ello, se están organizando charlas sobre cocina sin desperdicio, han diseñado posters en cocina con "mensajes clave" y están previstas iniciativas para el reconocimiento al equipo con mejores resultados o ideas para reducir el desperdicio.
También en las habitaciones, como información para pacientes y acompañantes, se van a distribuir folletos o carteles en los que se explican las alternativas al menú, siempre dentro de las indicaciones médicas, con la posibilidad de pedir medias raciones, han subrayado los sanitarios. Además, tendrán a su disposición "encuestas de satisfacción cortas sobre el servicio".
Por último, según ha destacado la memoria del proyecto, reducir un 20% los kilos de residuos alimentarios tiene "un impacto muy significativo tanto social como medioambiental". "No se trata hacer ningún tipo de ahorro económico en nuestra dieta: cualquier disminución debida a cantidades innecesarias, repercutirá en la mejora de producto actual y en aumentar la variedad de nuestros platos y aumentar la calidad de la materia prima aprovisionada", ha concluido.