Cuando se recibe una herencia se puede aceptar o rechazar. Si se opta por la primera opción y entre los activos hay algún inmueble hay que seguir unos pasos muy concretos para evitar problemas futuros, sobre todo en lo que refiere al pago de impuestos.
El más crítico es que tienen que ver con el pago del Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Un trámite que de no realizarse puede acarrear la generación de intereses y multas por un importe bastante superior al inicial. Además, si entre los planes del nuevo dueño está vender el inmueble heredado, ha de formalizar todos los papeles que le atribuyen su propiedad.