BILBAO 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
El 73 por ciento de los ciudadanos vascos se muestra pesimista sobre el final del terrorismo de ETA y cerca del 80 por ciento es favorable a una eventual negociación entre el Gobierno y la banda, aunque un 48 por ciento la condicionan a que ETA abandone previamente las armas, según los datos del último informe del Euskobarómetro elaborados con las 1.800 encuestas recogidas el pasado mes de mayo.
El estudio, presentado hoy en Bilbao por su director, Francisco Llera, y representantes del equipo que lo elabora, refleja que se ha producido un incremento de 21 puntos respecto a la anterior oleada semestral en las personas que se declaran optimistas sobre el final del terrorismo, situándose en un 73 por ciento. Esta sensación es mayoritaria, tanto en los simpatizantes nacionalistas como en los no nacionalistas.
En consecuencia, el optimismo ante el final de la violencia retrocede cinco puntos respecto a los datos de hace un año y se sitúa como la opción de uno de cada cinco vascos.
El 54 por ciento de los vascos se muestra pesimista sobre la evolución del problema de la violencia, con un repunte semestral de 25 puntos, y los encuestados que dicen ser optimistas alcanzan el 19 por ciento, cinco puntos menos. El 24 por ciento considera que la situación sigue igual.
El 81 por ciento de los vascos se decanta por una eventual negociación entre el Gobierno y ETA, si bien, en los últimos meses, esta mayoría se ha ido decantando hacia los que la condicionan a que ETA abandone previamente las armas (48%), con un incremento de cuatro puntos. Por su parte, una negociación incondicional es defendida por el 33 por ciento, siete puntos menos que el anterior semestre.
Los que condicionan la negociación al abandono de las armas previo son mayoritarios entre los que se declaran no nacionalistas, entre los simpatizantes de PSE, PNV-EA y EB. Además, cuentan con apoyos del 23 por ciento en PP, del 24 en Aralar y del 13 en EHAK. La negociación incondicional, por su parte, es defendida por el 85 por ciento de los votantes de EHAK.
El 16 por ciento de los encuestados rechaza cualquier tipo de negociación, una opción que concentra la mayoría de los votantes del PP (71%).
Además, un 55 por ciento de los ciudadanos estaría dispuesto a que, en caso de que ETA abandone las armas, existan contrapartidas políticas. El 53 por ciento cita la posibilidad de que se pueda celebrar un referendum y un 56 por ciento apoyaría medidas de reinserción. No obstante, en todos estos casos se dan retrocesos interanuales.
En opinión del 26 por ciento de los encuestados, los presos de ETA que se arrepientan y expresen su decisión de abandonar las armas deberían beneficiarse de medidas de reinserción, con un descenso semestral de 10 puntos en este porcentaje. El 43 por ciento (+8 puntos) cree que sólo podrían aplicarse a personas sin delitos de sangre y un 24 por ciento (+4 puntos) opinan que deben cumplir íntegramente las penas.
Sólo los votantes de EHAK y Aralar se muestran mayoritariamente a favor del perdón incondicional, mientras que los de EB, PNV y PSE se inclinan por condicionarlo. Los del PP, por su parte, apuestan por el cumplimiento íntegro de penas.
APOYO A ETA
Tres de cada cuatro vascos opinan que en Euskadi se pueden defender todas las aspiraciones políticas sin necesidad de recurrir a la violencia. Menos de uno de cada cinco, con un incremento de seis puntos en el último semestre, legitiman o justifican el recurso a la violencia, oscilando entre el 10 por ciento de simpatizantes de PP y PNV-EA y el 45 por ciento de los de EHAK.
En el caso de los votantes de esta formación abertzale, se ha producido, en comparación con el semestre anterior, un aumento en los casos en que se justifica esa posibilidad de 32 puntos, mientras que el rechazo ha caido diez puntos.
Los que se declaran indiferentes o sin opinión, concentran un amplio porcentaje, lo que, según recoge e Euskobarómetro en sus conclusiones, refleja "el desconcierto en que se ha quedado la izquierda abertzale" tras la ruptura del alto el fuego.
El rechazo frontal a ETA supone un 60 por ciento de encuestados, con un incremento de diez puntos en el último año. Por su parte, los que opinan que antes estaba justificada, pero no ahora, alcanzan el 16 por ciento y los que comparten sus fines, aunque no los métodos violentos, un 11 por ciento.
El apoyo explícito y total supone un 0,6 por ciento, con una tendencia a la "práctica desaparición" incluso en el electorado de EHAK, según refleja el informe. También se aprecia una reducción a dos puntos de la justificación crítica -de apoyo a ETA pero reconociendo sus errores-, mantenida por el 15 por ciento de simpatizantes de EHAK.
En este contexto, el Euskobarómetro refleja que "el grueso" de la izquierda abertzale se sitúa "entre los que dicen apoyar sus fines, rechazando los métodos violentos (40%) o el apoyo remoto (13%)". Asimismo, destaca que los que explicitan su rechazo frontal (4%) superan a los que manifiestan un apoyo incondicional (2%).
"Todo esto supone que en el último año comienza a consolidarse la tendencia interanual de una mayor dificultad de estos sectores de opinión para seguir legitimando la violencia de ETA tras el desconcierto inicial causado por la ruptura de alto el fuego", apuntan sus responsables, que señalan que no obstante se mantiene un 26 por ciento de simpatizantes abertzales que no expresa opinión al respecto.
HOMENAJES
En relación a los homenajes a víctimas del terrorismo impulsados por el Gobierno vasco, un 45 por ciento considera que son "oportunistas" y un 44 por ciento que son "sinceros". La consideración positiva es mayoritaria entre los electorados que apoyan al Ejecutivo y la negativa entre los que votan a EHAK, PSE y PP y los abstencionistas.
Por otro lado, un 35 por ciento de los encuestados se siente libre para hablar sobre política con todo el mundo, un 43 por ciento únicamente con algunas personas, y un 21 por ciento asegura que no puede hacerlo "con nadie o casi nadie".
Alrededor del 41 por ciento de los vascos perciben en su entorno mucho o bastante miedo a participar en política, mientras que otro 50 por ciento dice percibir poco o niguno. Los más afectados son los nacionalistas, con una tasa de 52 por ciento, aunque el sentimiento de miedo lo comparte algo más de uno de cada cuatro nacionalistas.