El acusado de matar a su expareja en Barakaldo dice que sufrió un arrebato de celos pero no recuerda haberla acuchillado

Juicio En La Audiencia Provincial De Bizkaia
EUROPA PRESS
Actualizado: martes, 29 mayo 2012 18:34

La defensa asegura que sufre un retraso mental "leve", mientras que las acusaciones coinciden en señalar que el crimen fue "premeditado"


BILBAO, 29 May. (EUROPA PRESS) -

El acusado de matar a su expareja en diciembre de 2010 en Barakaldo, S.M.G., ha reconocido que sufrió un arrebato de celos al verla con otro hombre, aunque no recuerda haberla achuchillado, aunque sí verla en el suelo "rodeada de un charco de sangre".

La abogada defensora del joven acusado de asesinar a C.E.B, que fue su pareja sentimental durante cuatro años, y de herir de gravedad a la pareja de ésta, tratará de demostrar, a lo largo del juicio, que ha comenzado este martes, que su representado fue presa de un "ataque de celos" al ver a su exnovia con otro hombre. Por su parte, las las acusaciones coinciden en señalar que el crimen fue "premeditado".

En una vista celebrada en la Audiencia Provincial de Bizkaia, la abogada del procesado, que en la actualidad tiene 25 años, ha señalado ante el jurado, compuesto por 11 personas, que el acusado sufre un retraso mental "leve", y que contaría con un coeficiente intelectual de 63, lo que equivaldría a actuar "de la misma forma que lo haría un niño de entre ocho y 11 años".

Por su parte, las diferentes acusaciones, que están integradas por el Ministerio Fiscal, la acusación particular, que representa tanto a la familia de la joven fallecida como al hombre que resultó gravemente herido, así como la acusación popular ejercida por el Ayuntamiento de Barakaldo, y la Abogacía del Estado, han asegurado que, en el transcurso de la vista oral, quedará "claramente probado" que el acusado actuó de forma "premeditada" y "con pleno conocimiento de lo que estaba haciendo".

Los hechos que se juzgan en la Audiencia vizcaína acaecieron el pasado 6 de diciembre de 2010, en el piso que la fallecida tenía en la calle Inmaculada de la localidad fabril.

Ese día, según la Fiscalía, que ha solicitado para el joven S.M.G. una condena de 34 años y ocho meses de prisión, el imputado accedió al domicilio de la joven a través de una plataforma de mecano, aprovechando las obras que se estaban llevando a cabo en el exterior del edifico, y esperó a que la mujer y su acompañante llegaran, tras lo que se desencadenaron los hechos que terminaron con la muerte de la mujer y su acompañante herido grave.

Por ello, el Ministerio Fiscal considera que el acusado es responsable de cuatro delitos diferentes, entre ellos, el quebrantamiento de la orden de alejamiento que pesaba sobre él tras una denuncia por maltrato que presentó la joven fallecida un mes antes de que sucedieran los hechos que ahora se juzgan, y que le obligaba a permanecer a una distancia no inferior a 300 metros de la mujer.

El Ministerio público también cree que el imputado ha cometido un delito de allanamiento de morada, otro de tentativa de asesinato de la que entonces era la pareja de la mujer y, finalmente, le achaca un delito de asesinato por el fallecimiento de la joven.

Asimismo, en su escrito, la fiscal solicita que el acusado indemnice al herido con la cantidad de 8.058 euros por las lesiones físicas sufridas, 36.300 euros por las secuelas y 4.000 euros por daños morales (un total de 48.358 euros). Además, plantea que el acusado indemnice al padre de la fallecida con 97.000 euros.

TRIBUNAL DE JURADO

Tras la composición del tribunal de jurado, el Ministerio Fiscal ha procedido a la exposición de lo que, en su opinión, es un caso de asesinato, y no de homicidio, como sostiene la defensa. La fiscal cree que, además, el acusado lo cometió de manera "premeditada y totalmente consciente".

En la toma de declaración del joven, que sólo ha contestado a las preguntas realizadas por la defensa, S.M.G. ha asegurado que el acceso a la vivienda lo realizó con una llave que anteriormente le había facilitado la fallecida, ya que, según ha apuntado, "aún mantenía una relación sentimental con ella" pese a la denuncia presentada por malos tratos un mes antes por la mujer.

Según el imputado, dos días antes de que sucedieran los hechos, ésta le comunicó que no quería verle más, por lo que el 6 de diciembre de 2010 acudió a su casa "con la intención de mantener una conversación" ante ese "cambio de actitud".

"ESPERÉ TUMBADO EN EL SOFÁ"

Una vez en la vivienda, el acusado asegura que se tumbó en el sofá del salón, donde esperó a que su expareja llegara. Según la defensa, al ver entrar a la mujer con otro hombre, el acusado "interpretó que le estaba siendo infiel" y, tras una "dura discusión", fue la entonces pareja de la mujer quien cogió un cuchillo y trató de atacar al imputado.

"Yo sólo intenté defenderme", ha asegurado, para añadir que, una vez que logró arrebatarle el cuchillo, trató de "darle un puñetazo, pero no me dí cuenta de que tenía el cuchillo y le rajé el cuello".

Sobre lo que ocurrió después, S.M.G. asegura no recordar "nada" ya que "estaba fuera de mí y en estado de 'shock' por descubrir que me era infiel". "Sólo recuerdo ver a Cristina en el suelo rodeada de sangre", ha añadido.

Posteriormente, el acusado ha asegurado que se dio cuenta de lo sucedido y acudió a la casa de su madre, a quien contó entre sollozos lo que había hecho, y fue ésta la que llamó al 112, que avisó a la Ertzainzta y detuvo al joven. En la vista de este martes, el imputado ha pedido perdón a las familias de la fallecida y de su acompañante, y se ha mostrado "muy arrepentido".

Por todo ello, la defensa considera que el delito imputable al acusado es el de homicidio, ya que "no acudió al domicilio con intención de matar a Cristina" y, tras verla con otro, sufrió "un arrebato y un momento de ofuscación".

ALLANAMIENTO DE MORADA

Sin embargo, la fiscal ha asegurado que, en el momento de los hechos, el imputado portaba una mochila con diverso material de escalada con el que se descolgó desde la azotea hasta el balcón de la mujer.

También llevaba un cuchillo de 20 centímetros de filo, así como un juego de destornilladores con los que presuntamente forzó dos de las ventanas que le dieron acceso a la vivienda, además de un par de guantes y dos pares de zapatillas del número 43.

Una vez en el interior del edificio, según la Fiscalía, el acusado se cambió de zapatillas y se escondió en una de las habitaciones de la casa, hasta la llegada de la joven posteriormente fallecida y de su acompañante.

Para la representante del Ministerio público, el ataque que entonces se produjo sucedió "de forma sorpresiva, sin dar posibilidad a los agredidos de defenderse".

Así, según la Fiscalía, tras golpear con una catana que había en la vivienda y por la espalda al acompañante de la fallecida, el arma cayó al suelo, momento en el que el acusado acuchilló en el cuello al hombre, que huyó en busca de asistencia. Casualmente, en su huída, se topó con un policía municipal de Durango que en ese momento transitaba por la calle, que llamó a la asistencia médica.

Posteriormente, siempre según la Fiscalía, el imputado clavó el mismo arma por dos veces en el cuello de la mujer, la primera de ellas potencialmente mortal y la última mortal de necesidad.

Por todo ello, ha solicitado una pena de 34 años y ocho meses de prisión, ya que considera que los hechos obedecían a "un plan preconcebido" por el imputado, que no se debió a "un arrebato" y que, además, S.M.G. actuó "con plena capacidad mental".

El juicio continuará este miércoles con el testimonio del hombre que resultó herido grave en los hechos y que por esa época era la pareja de la fallecida. Además, testificarán amigos del imputado y los ertaintzas que procedieron a la detención de éste.