Los problemas que pueden originar las lluvias durante el traslado retrasan la operación
SAN SEBASTIÁN, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -
La ballena que murió el jueves en la bahía de la Concha y que ha sido trasladada esta madrugada a terrenos municipales será finalmente enterrada durante año y medio en una parcela municipal. Salvados los problemas administrativos, las dificultades que la lluvia puede provocar durante el traslado han sido determinantes a la hora de tomar la decisión, según han informado fuentes municipales.
El director del Museo del Calamar Gigante de Luarca, destino final del cetáceo, ha afirmado que "el traslado es técnicamente complicado y las lluvias pueden provocar que la ballena vierta líquidos por las abundantes lluvias, además de otros problemas del transporte, como es su sobredimensión, superando en más de tres metros la longitud del vehículo y cree problemas importantes, por lo que hemos optado por la prudencia".
Pasado el citado plazo, se llevará a cabo una cata para valorar si procede el traslado, o hay que retrasarlo. Por otra parte, se contempla la posibilidad de que la estructura ósea sea expuesta durante un año en San Sebastián, para que los ciudadanos puedan contemplarla.
CONVENIO
Posteriormente, el museo trasladará hasta Asturias los huesos del animal, haciéndose cargo de todos los gastos. El acuerdo al que han llegado el Museo, el Ayuntamiento donostiarra y la Asociación para el Estudio y la Conservación de la Fauna Marina AMBAR, se plasmará en un convenio. Antes del entierro, miembros de AMBAR y del CEPESMA realizarán una necropsia al cetáceo.
El Consistorio donostiarra ha querido agradecer públicamente el trabajo realizado por los técnicos municipales de mantenimiento, protección civil, bomberos, guardia municipal, a las empresas que han trasladado la ballena - Grúas Alonso e Igueldo-, a las empresas de transportes especiales y a la Asociación AMBAR por su colaboración.
El concejal de Medio Ambiente, Axier Jaka, ha agradecido, además, al Museo del Calamar Gigante (CEPESMA) el interés mostrado, ya que "la ballena podrá ser estudiada por científicos y de esta manera se ofrece la posibilidad de contemplar su esqueleto, permitiendo así compartir la aportación e importancia de este ejemplar".
El ejemplar, un Rorcual común macho de unas 21 toneladas de peso, presenta una delgadez extrema y la necropsia podrá determinar posiblemente las causas de la muerte.
El museo del calamar gigante pertenece a la organización CEPESMA (coordinadora para el estudio y protección de las especies marinas) que tienen su sede en Luarca, Asturias. Su actividad más importante se desarrolla en el campo de la educación medioambiental, los grandes cefalópodos y también en la investigación y conservación de cetáceos en el Principado de Asturias, siendo responsable de la red de varamientos de esta Comunidad.
