Blázquez denuncia el intento de limitar la natalidad con métodos "que atentan, incluso, contra la dignidad de la mujer"

Actualizado: lunes, 29 diciembre 2008 13:06

Advierte de que la pobreza "afecta también a muchas personas y familias que conviven en nuestra proximidad", debido a la crisis

BILBAO, 29 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los obispos de Bilbao denunciaron hoy el "intento" de "muchos países e instituciones internacionales" de limitar la natalidad con métodos "que atentan, incluso, contra la dignidad de la mujer". Además, advirtieron de que la pobreza asola "dramáticamente" a la mayor parte de la población mundial pero también "a muchas personas y familias que conviven en nuestra proximidad, debido a la grave crisis económica".

En su mensaje, con motivo de la "Jornada mundial para la paz" que se desarrollará el próximo jueves bajo el lema "Combatir la pobreza es construir la paz", el Obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, y el auxiliar, Mario Iceta, aseguran que éste es "un asunto que resuena de modo particular durante este año". Ambos recuerdan que la pobreza la pobreza "asola dramáticamente no sólo a la mayor parte de la población mundial", sino que "afecta también a muchas personas y familias que conviven en nuestra proximidad, debido a la grave crisis económica que padecemos".

La pobreza, según recuerdan, se encuentra "frecuentemente" entre los factores "que favorecen o agravan los conflictos, incluidas las contiendas armadas". "A su vez, los conflictos armados agravan las situaciones de pobreza de muchos pueblos, entrando de este modo en una cruel espiral que produce gravísimas consecuencias en las personas y comunidades que los padecen, dejando profundas y dolorosas secuelas que necesitarán de varias generaciones para ser superadas", lamentan.

Por esta causa, consideran que "combatir eficazmente la pobreza" constituye "uno de los principales retos actuales de la humanidad" así como "una tarea que nos incumbe y compromete a todos". No obstante, añaden que "esta lucha decidida contra la pobreza" se inserta en "el fenómeno complejo de la globalización, con sus luces y sus sombras".

Los prelados bilbaínos recuerdan que el Papa Benedicto XVI, considera que "solamente se construye la paz si se asegura la posibilidad de un crecimiento razonable" ya que, "por sí sola, la globalización es incapaz de construir la paz, más aún, genera en muchos casos divisiones y conflictos".

A su juicio, la globalización pone de manifiesto la necesidad de orientarla "hacia un objetivo de profunda solidaridad, que tienda al bien de todos y cada uno". Por esta causa, creen que debe verse como "una ocasión propicia para realizar algo importante en la lucha contra la pobreza y para poner a disposición de la justicia y la paz recursos hasta ahora impensables".

Blázquez e Iceta incluyen, en su visión de "pobreza" no sólo los aspectos materiales, "sino también otros más propios de las sociedades desarrolladas, como son la pobreza relacional, moral o espiritual". "En nuestra sociedad del llamado 'primer mundo', encontramos personas desorientadas interiormente, carentes del sentido profundo de la vida, con una visión meramente material o interesada de la relación social, incapaces de encontrar el sentido verdadero del amor, la entrega, la solidaridad, la amistad, la fidelidad, el sacrificio, la compasión, el perdón", afirman.

IMPLICACIONES MORALES

También manifiestan su convicción de que este problema conlleva "profundas implicaciones morales" como las que se dan "en el campo la demografía" en el que "muchos habían considerado el crecimiento de la población como causa de pobreza". En su opinión, ello ha conducido a "muchos países e instituciones internacionales" a limitar la natalidad "incluso con métodos que atentan contra la dignidad de la mujer, el derecho de los cónyuges a decidir responsablemente el número de hijos, e incluso la eliminación de la vida humana naciente".

A su juicio, "a la luz de los datos socioeconómicos de países emergentes", es posible "reafirmar" que la población, "lejos de ser considerada como una amenaza para el desarrollo, se confirma verdaderamente como una riqueza indispensable para el progreso de los pueblos".

También destacan como esencial la "necesaria lucha" contra las enfermedades pandémicas "con métodos acordes a la dignidad de la persona, la atención a la actual crisis alimentaria que pone en peligro las necesidades básicas de alimentación de la población, y la atención a la preocupante magnitud global del gasto militar, que se sustrae a los proyectos de desarrollo de los pueblos, principalmente los más pobres".

En este sentido, indican que "uno de los aspectos más hirientes de la pobreza" es que afecta "principalmente" a las víctimas "más vulnerables", en alusión a los niños, casi la mitad de las personas que viven en la pobreza absoluta. "Esta escandalosa realidad no puede dejarnos impasibles sino implicarnos en buscar los medios adecuados y eficaces para su erradicación", aseguran.

Los obispos de Bilbao consideran que "todos estos aspectos deben conducir a un auténtico compromiso por luchar contra la pobreza y edificar una verdadera solidaridad global". "Es preciso reflexionar y adoptar las medidas correctoras adecuadas acerca del modo en que se realiza el comercio internacional, que tiende a dejar al margen a los países de renta baja, impidiendo de este modo el establecimiento de una relación justa y solidaria entre los pueblos que permita su desarrollo", recuerdan.

También defienden que los instrumentos financieros "no deben olvidar su referencia fundamental al bien común y al sostenimiento de la creación de nuevas oportunidades de producción y trabajo a largo plazo". "Todo ello requiere una cooperación tanto en el plano económico como jurídico que promueva una cultura de la responsabilidad, de la solidaridad creativa, de la promoción de la justicia y de la búsqueda del bien común", dicen.

Recuerdan que, al comienzo del año nuevo "todos" deben contribuir a que "la construcción de la paz que se base en la justicia, la solidaridad y la caridad". "La comunidad cristiana no dejará de asegurar a toda la familia humana su apoyo a las iniciativas de una solidaridad creativa, no sólo para distribuir lo superfluo, sino cambiando sobre todo los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consolidadas de poder que rigen hoy la sociedad", concluyen.