BILBAO, 16 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia se ha sumado al proyecto solidario liderado por Ibon Cormenzana, productor de títulos como "Blancanieves" (Pablo Berger, 2012), que ha presentado en Bilbao el documental "El hombre que empezó a correr", del que además de productor es el protagonista y cuyo objetivo es recaudar fondos para paliar la falta de agua en Etiopía.
La aportación del Consorcio de Aguas servirá precisamente para la construcción de un pozo en el país africano, que permitirá mejorar la calidad de vida de 40 personas. La proyección ha sido abierta por el presidente del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, Ricardo Barkala.
En colaboración con el Club Deportivo Bilbao, el documental que se ha proyectado es la historia real de superación y sueños de un aficionado al 'running' que se desafía a sí mismo para alcanzar una meta social. El sudor y el esfuerzo se transforman en pozos de agua potable para quienes más lo necesitan.
Este documental ha sido concebido con el propósito de recaudar fondos para el proyecto social de construcción de pozos de agua potable en Muketuri, una de las zonas más pobres de Etiopía. Se habla sobre la necesidad de perseguir los sueños, sobre los valores positivos que ofrece el deporte y el poder transformador de la acción, ya que con un único pozo de agua, que cuesta 1.000 euros, todos podemos mejorar la calidad de vida de 40 personas.
Un día, Ibon empezó a correr por la montaña para alcanzar una meta que llegara mucho más allá, un objetivo con el que poder ayudar a otras personas a mejorar su calidad de vida. Ibon Cormenzana inició así una "emotiva carrera que, a día de hoy, ha servido para que se puedan construir ya 120 pozos para familias que no tenían acceso a un bien tan necesario y básico como es el agua potable", han destacado.
Con cada pozo que se construye gracias a esta iniciativa, cuatro familias tienen acceso a agua potable, pueden cultivar su propio huerto, mejorar su alimentación y, por tanto, su calidad de vida. También producen alimentos para abastecer una escuela y evitar la falta de los niños al colegio, entre otras muchas cosas positivas que se consiguen.
Antes, los niños recogían el agua para sus familias a kilómetros de las casas, ausentándose de la escuela y sometiéndose, en el caso de las niñas, a la posibilidad de ser víctimas de agresiones sexuales en el camino. Todo esto se evita gracias al agua y a todas las personas que colaboran para que este proyecto sea posible. En total, cerca de 4.800 personas han visto ya mejorada su vida.