EB no espera "nada" de ETA por "su absoluto autismo" y cree que el compromiso hay que pedírselo a la izquierda abertzale

Arana dice que "la validez del pacto" de PSE y PP se ve en que, "un año después, Euskadi sigue destruyendo casi 100 empleos al día"

Europa Press País Vasco
Actualizado: jueves, 22 abril 2010 16:20

BILBAO, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -

El coordinador general de Ezker Batua Berdeak, Mikel Arana, dijo hoy que no espera "nada" de ETA porque "no tiene la mínima percepción de la realidad" y demuestra un "absoluto autismo", por lo que consideró que "el compromiso hay que solicitárselo a la propia izquierda abertzale, que dice que quiere hacer política", para que sea capaz, "de una vez por todas, de decirle a ETA que abandone la violencia".

En una entrevista concedida a Herri Irratia Loyola Media, recogida por Europa Press, Arana insistió en que "no cabe esperar demasiado de ETA, porque es una organización terrorista que en cada comunicado que escribe demuestra su absoluto autismo".

Tras señalar que "a ETA lo único que hay que decirle es que abandone la violencia de una vez por todas", reiteró que tiene "muy poca esperanza en que ETA de ningun paso", por lo que "aquí el compromiso hay que solicitárselo a la propia izquierda abertzale que dice que quiere hacer política, para que sea capaz, de una vez por todas, de decirle a ETA que ya está bien".

"Yo no esperaría nada de ETA, porque no me parece que tenga la más mínima percepción de la realidad como la tenemos el resto de los seres humanos", manifestó.

Arana señaló que el de la presencia de la izquierda abertzale en las próximas elecciones municipales foral es "un debate al que nos enfrentamos cada cita electoral" en cuanto a "si va a haber una parte significativa y muy importante de la ciudadanía que pueda tener una opción a la que votar que sea la suya propia"

Desde EB, Arana ratificó su opinión desfavorable a la ley de Partidos por considerar que "no está aportando nada bueno y lo único que hace es recortar derechos políticos y civiles", a la vez que consideró que es "el momento de que la izquierda abertzale dé el paso definitivo que le está exigiendo la mayoría de la ciudadanía vasca, que no es otro que el de exigirle a ETA que de una vez por todas desaparezca".

"Parece que se ha iniciado un camino, un proceso de debate, pero lo cierto es que los pasos que teóricamente se deben dar no se están llevando y a nosotros nos corresponde hacer esa doble crítica, por un lado, a la Ley de Partidos, y, por otro lado, a la falta de valentía de la izquierda abertzale", añadió.

Arana dijo que "hace tiempo" que EB no se reúne con la izquierda abertzale, aunque consideró "razonable" que "personas que pretenden participar en política y hacer acción política tengan también vías de comunicación con otras formaciones", por lo que si les solicitarán una reunión estarían dispuestos a hacerlo.

En cuanto a las reformas legislativas aprobadas por el Gobierno, consideró que "el objetivo ya no es previo, sino posterior" y señaló que, "con un esquema que tiene muy dudosa constitucionalidad, lo que se pretende es que pueda ser el gobierno quien dedica si un cargo público puede serlo durante toda la legislatura o no, según no se saben muy bien qué fórmulas de condena".

En su opinión, "da la sensación de que el Gobierno quiere, más allá de controlar las reglas del partido antes de que este empiece, también controlarlas después", por lo que dijo que no le extrañaría que "utilizaran esa reforma que pretenden hacer de la Ley de Partidos para modificar las mayorías, una vez celebradas las elecciones, para poder alcanzar esos números que necesitan para pactar con el PP".

UN AÑO DE GOBIERNO

Arana opinó que, para sus propios firmantes, el estado de salud del acuerdo entre PSE-EE y PP, que cumplirá un año en breve, es "óptimo" ya que, "más allá de alguna que otra escenificación no se ven mayores quiebras en ese pacto".

Según dijo, tanto para el PSE como para el PP ha sido "un pacto estratégico, cuyo único objetivo era desalojar al anterior gobierno de Ajuria Enea y tienen muy poco proyecto que presentar a la sociedad". Así, señaló que "se está viendo que, un año después, proyectos políticos de calado social apenas existen y todas las dinámicas y políticas se centran en lo único que les une, en las víctimas del terrorismo y todo lo que tiene que ver con la cuestión simbólica y político nacional".

Para Arana, "donde se ve cuál es la validez del pacto es en las estadísticas de ayer del desempleo", ya que, "un año después Euskadi sigue destruyendo casi 100 puestos de trabajo al día". "Ese es el rasero por el que hay que medir los pactos políticos y no tanto si se ponen más o menos ikurriñas o banderas españolas", aseveró.

En su opinión, la voluntad del PP y del PSE-EE es extender su pacto en las elecciones municipales y forales a aquellas instituciones "donde, una vez más, sin ningún proyecto político concreto más allá de lo simbólico, les sea posible". "No lo dirán, porque ya nos tiene acostumbrado el PSE a jugar y a mentir hasta la víspera de las elecciones, pero no creo que tengan ningún problema si las mayorías les dan para modificar los gobiernos y volver al pacto PSE-PP, que lógicamente tendrán luego ya que repartir, particularmente en Alava", manifestó.

PLAN DE EDUCACION PARA LA PAZ

En cuanto a la postura de EB ante el Plan de Convivencia y de Deslegitimación de la Violencia (Plan de Educación para la Paz), Arana dijo que "un plan de esta naturaleza con unos contenidos tan delicados" requiere de consenso, por lo que criticó al Gobierno vasco porque, "independientemente de que se alcance cualquier acuerdo ha decidido que va a llevar su plan, que es un plan del PSE y del PP".

También criticó que, en principio, se planteó como una reformulación del plan del anterior Gobierno vasco, pero, "finalmente, se está viendo que es un plan nuevo y absolutamente reduccionista porque sólo se trata, en el ámbito de la vulneración de los derechos humanos, las víctimas de ETA, con tantos otros derechos que hay vulnerados en todo el mundo que tendrían que incluirse también".

Arana explicó que EB le ha pedido al Gobierno que, "si en realidad quiere modificar el plan anterior, que inicie todo el proceso de consultas y conversaciones con todos los agentes implicados, particularmente la comunidad educativa, y ponga en marcha un nuevo plan, pero que no decida, una vez más, por decreto y por la mayoría que le da el acuerdo del PP, imponer un plan que hace muy poco favor a la comunidad educativa en una cuestión tan delicada como esta y que siempre debía estar basada en el consenso".

A su juicio, la postura del PSE-EE con el Plan de Educación para la Paz "pone muy de manifiesto la manera de actuar de este Gobierno, que no es otra que aplicar el rodillo en todas aquellas cuestiones que para el Gobierno son capitales".

Tras censurar el "sesgo político" del Plan de Educación para la Paz, el líder de EB consideró que "la simple lectura del preámbulo pone muy de manifiesto que es básicamente un ejercicio de adoctrinamiento por parte del Gobierno de sus propias tesis, ya que, de hecho, no se contempla ninguna otra tesis".

Asimismo, afirmó que "llama la atención que el plan pone en entredicho el compromiso del profesorado vasco con respecto a los derechos humanos" y criticó que "se mezcle la rebeldía institucional" con la violencia.

Arana señaló que "si hay determinados centros que entienden que su alumnado y su modelo educativo recomienda que estén las víctimas, es una decisión del centro y hay que ser muy escrupuloso con la autonomía del centro". No obstante, como norma general consideró que "sería mucho más pedagógico que la presencia de las víctimas en las aulas no fuera física, sino a través de cualquier otro soporte".

En ese sentido, dijo que "por mucho que el PP y el PSE-EE se empeñen en creer que existe una única visión de la realidad en Euskadi, las visiones son muy diversas e infinitas, por lo que las propias víctimas se pueden encontrar en muchas ocasiones con situaciones muy desagradables en el aula y entre los propios alumnos".

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