El Hospital de Galdakao desmiente el trato vejatorio a una paciente y dice que ella insultó a enfermeras y auxiliares

Actualizado: lunes, 8 junio 2009 17:39

El centro niega que comunicar a un paciente "cuanto pudiere derivarse de la reincidencia en su actitud agresiva" sea "amenaza o coacción"

BILBAO, 8 Jun. (EUROPA PRESS) -

El Hospital de Galdakao aseguró hoy que las afirmaciones realizadas por una paciente de este centro en las que indicaba que había sufrido "amenazas y trato vejatorio" son falsas. Además, advirtió de que fue la propia mujer la que insultó a varias enfermeras y auxiliares que la atendieron.

La aclaración del centro hospitalario se produce después de que, el pasado sábado, el Defensor del Paciente diera a conocer un escrito remitido a la fiscal jefe de Bizkaia, María Ángeles Montes, en el que denunciaba que una mujer que fue atendida por un aborto en el Hospital de Galdakao recibió un "trato vejatorio" y ha sido "amenazada" por los responsables del centro médico.

En el texto el Defensor del Paciente explica que, según el texto remitido a la paciente por los responsables del Hospital, la mujer fue "coaccionada y amenazada" con la posibilidad de una denuncia por parte del centro.

En un comunicado de prensa en el que se responde al escrito enviado por la asociación denunciante a la fiscal jefe de Bizkaia, el hospital recordó que la citada paciente ingresó el pasado 21 de mayo en sus servicios de Urgencias.

Según el centro sanitario, tras diagnosticársele un legrado a causa de un problema asociado a su embarazo, la mujer "insultó durante su estancia a varios miembros de este centro hospitalario", por lo que enfermeras y auxiliares de enfermería sufrieron las agresiones verbales de esta paciente, "en clara transgresión de las leyes vigentes, de las obligaciones de los pacientes y de las más elementales normas de civismo".

Una vez producidos los hechos relatados, desde el hospital se actuó en aplicación del vigente Protocolo de Actuación por Violencia en el Trabajo del Servicio Vasco de Salud-Osakidetza, poniéndose en conocimiento de la Unidad Básica de Prevención, la cual procedió a la investigación de los mismos, recogiendo cuantos testimonios y testigos pudieron corroborar lo ocurrido.

Finalizado su trabajo, elaboró el correspondiente informe, donde se recomendaba la remisión de un escrito a la paciente, recordándole las obligaciones de los pacientes y usuarios así como las consecuencias de una futura actuación como la expuesta.

CARTA

Realizado cuanto se ha citado y actuando conforme se proponía, "la forma habitual para supuestos semejantes", se remitió una carta a la interesada, recordándole "su actitud insultante, vejatoria y no colaboradora, así como las obligaciones de los pacientes y usuarios de Osakidetza".

"El fin de este tipo de misivas no es otro que evitar que, situaciones como las padecidas por las trabajadoras, vuelvan a repetirse, para lo que se le señalaban las consecuencias de una hipotética reiteración", señaló el hospital.

Desde el centro sanitario remarcaron que su actuación durante todo este proceso "se ha ajustado" al ordenamiento jurídico vigente y se corresponde con las previsiones contenidas en el Artículo 4, sobre Obligaciones de los Pacientes, apartado b), del Decreto 175/1989, de 18 de Julio, por el que se aprueba la Carta de Derechos y Obligaciones de los pacientes y usuarios de Osakidetza, donde se establece como una obligación del paciente la de "tratar con el máximo respeto al personal de las instituciones sanitarias".

COMPRENSIÓN Y AYUDA

"Como bien puede deducirse, los trabajadores del Hospital Galdakao-Usansolo comprenden y ayudan a superar los momentos de tensión y dolor que pueden sufrir tanto los pacientes como sus familiares, lo que no lleva aparejado que, de una forma reiterada, hayan de soportar insultos, vejaciones o maltrato", añadió.

Asimismo, recordó que los pacientes y sus familiares, ante las posibles actuaciones incorrectas de los profesionales del Hospital, tanto frente a su actuación sanitaria como de trato recibido, pueden plantear las quejas que consideren oportunas ante el Servicio de Atención al Paciente y Usuario (SAPU) o, en su caso, ante la autoridad sanitaria o judicial correspondiente.

"En ningún caso puede ser considerado como amenaza o coacción, como se señala por la paciente, el comunicarle cuanto pudiere derivarse de la reincidencia en su actitud agresiva y desconsiderada frente a los trabajadores del Hospital, sino que ha de serlo como un recordatorio de sus deberes como utilizadora de los servicios públicos sanitarios y de las consecuencias de su incumplimiento", concluyó.