Imaz apuesta por un país en el que no se defienda sólo "a los nuestros" y sea "un universo compartido" por diferentes

Actualizado: lunes, 21 septiembre 2009 19:39

Afirma que en Euskadi "el espanto une más que las ideologías" y la defensa de la democracia se debe convertir "en el espacio común"

BILBAO, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Petronor y ex presidente del PNV, Josu Jon Imaz, abogó hoy por un país que sea "un universo compartido" entre diferentes y en el que no se defienda sólo a "los míos o a los nuestros". Además, manifestó que en Euskadi "el espanto une más que las ideologías" y la defensa de la democracia se debe convertir "en el espacio común".

Imaz hizo estas declaraciones al inicio del desayuno de Fórum Europa-Tribuna Euskadi, en el que intervino el consejero del Interior, Rodolfo Ares, que había solicitado expresamente al presidente de Petronor que realizara su presentación.

El ex presidente del EBB del PNV destacó la relación de amistad que mantiene con Ares y afirmó que les ha unido "el espanto de haber conocido de cerca la intolerancia, el totalitarismo, la violencia en su faceta más negra".

"Y eso en este país une mucho. Son posiblemente vínculos nacidos de haber defendido conjuntamente la democracia frente a la imposición y reforzados por haber tenido, en algunos momentos, que interpretar juntos en qué punto los límites de la democracia empezaban a entrar en un terreno en que las legítimas ansias de paz no podían erosionar el valor de la libertad", señaló, en referencia al político socialista con el que también compartió mesa en las conversaciones de Loiola durante el fallido proceso de paz.

Según explicó Josu Jon Imaz, estas palabras quedan "muy bonitas y teóricas en un discurso, pero tuvimos que defenderlo juntos con mucha tensión, conscientes de que si nos equivocábamos, las consecuencias humanas e institucionales podían ser graves". "Y esto une mucho, tanto que quizá tuvimos la sensación en algún momento de estar juntos, unidos al bidón", apuntó.

A su juicio, "el espanto pasa de la disquisición teórica o dramática cuando uno lee en un periódico que la llave del domicilio de Rodolfo aparece en manos de un comando".

"La llave de Rodolfo era, sencillamente, la llave de nuestra libertad, de la libertad de todos los que, sin hacer dejación de planteamientos democráticos legítimos, buscamos compartir un futuro de acuerdo entre las diferentes cultura e identidades políticas que convivimos en Euskadi, para que el futuro de nuestros hijos no se construya a costa del futuro de los hijos de aquellos que no piensan como nosotros", señaló.

En este sentido, calificó de "curioso" o más bien "dramático" que en este país "el espanto" una más que las ideologías, y la defensa de la democracia "se convierte o se debería convertir en el espacio común que une a aquellos que compartimos unos valores básicos".

MODELO DE PAÍS

Imaz abogó por un modelo de país "enel que debemos legitimar, no sólo a los míos o a los nuestros y recordó que Bernardo Atxaga hace 13 años utilizó por primera vez el término 'Euskal Hiria' (ciudad vasca), que no se refería "a una condición física".

"Su visión de la ciudad vasca iba mucho más allá de una infraestructura o de un tren, trataba de asociar el espacio físico con la ciudadanía sin la articulación política", señaló, para precisar que podría "ser una especie de cosmos en la que todas las tribus, minorías e identidades podrían establecer un universo compartido", una "ciudad-cobijo de todas nuestras diferencias".

En esta línea, precisó que Atxaga no la veía "como un espacio homogéneo, uniforme, sino más bien como un archipiélago con islas, pero no aislada, con diferentes formas, pero formando un espacio compartido".

Además, recordó las conversaciones mantenidas entre él y Rodolfo Ares en 2001 en comidas, tertulias y cafés en los que pretendían hacer "una pequeña rebelión frente a un país fragmentado" en el que merecía "la pena esa visión de un universo compartido con una ciudad-cobijo".

CONSEJEROS DE INTERIOR

Josu Jon Imaz destacó que "éste es un país en el que los buenos están destinados a Interior, aunque podrían cubrir otras muchas áreas tan bien o mejor". "Y lo digo desde la profunda amistad a personas como Juan Mari Atutxa y Txabi Balza que cumplen también esta máxima", indicó.

Tras precisar que "no somos un país normalizado" y que se atrevería a decir que "tampoco somos un país normal", añadió: "El día en el que lo seamos, dejaré de querer a los consejeros de Interior y les respetaré sencillamente como responsables policiales que no tienen por qué tampoco levantar simpatías, pero, mientras no seamos un país normal, les considero, sobre todo, defensores de la libertad, de la de muchos, de la de ustedes, y por qué no decirlo, también de la mía".

Por último, describió al titular de Interior como una persona "observadora, muy paciente, habilidosa, con gran conocimiento de la política", cuyas estrategias "son de largo plazo", y que no se "arredra ante nada".