BILBAO 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
Más de 60 millones de trabajadores de la Unión Europea, un tercio del total, están expuestos a un nivel elevado de ruido durante al menos una cuarta parte de su tiempo de trabajo, según denunció hoy la Agencia Europea para la Seguridad y Salud en el Trabajo con motivo de la conmemoración mañana del XIII Día Internacional de la Conciencia sobre el Problema del Ruido.
En función de los datos hechos públicos por la Agencia, en Europa, 22,5 millones de personas sufren problemas auditivos y el índice de incidencia para la pérdida de audición por ruido laboral es de 4,7 por cada 100.000 trabajadores.
En este sentido, la Agencia Europea destacó que la pérdida de audición como consecuencia del ruido está reconocida como "la enfermedad laboral más prevalente e irreversible", pero que "en realidad el ruido en el trabajo puede costar mucho más que la audición". "Puede constituir un factor causal en accidentes, contribuir al estrés relacionado con el trabajo y sumarse a otros riesgos del lugar de trabajo para provocar problemas de salud", insistió.
Asimismo, explicó que, además de encontrarse entre las más comunes, es una de las enfermedades profesionales "más costosas" en Europa, ya que que cada año se pagan "miles de millones de euros en indemnizaciones y costes indirectos debido a bajas por enfermedad, disminución de la productividad y accidentes ocasionados por mala comunicación a causa del ruido". Además, subrayó, "los costes humanos son incalculables".
En este contexto, alertó de que las estadísticas demuestran que el ruido en el trabajo es "una amenaza grave", aunque "a menudo infravalorada", para millones de trabajadores europeos. Por ello, la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo, con sede en Bilbao, dedica "buena parte" de su atención a este problema y en 2005 llevó a cabo una campaña específica en más de 30 países de todo el continente.
La Directiva europea que entró en vigor en febrero de 2006, fija un límite máximo de exposición diaria al ruido equivalente a 87 decibelios. Con esta medida, se pretende poner límite a las consecuencias de este riesgo. Cerca del 7 por ciento de los trabajadores europeos considera que su trabajo le provoca trastornos auditivos.