María Silvestre, Eider Gardeazabal, Elma Saiz, Beatriz Mateos y Lidia Ucin - David de Haro - Europa Press
BILBAO, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha asegurado que combatir el odio en redes sociales debe ser "prioridad política" y ha abogado por la "monitorización continua" para que esos discursos "no se normalicen porque no son inocuos y se corre el riesgo de que se trasladen a las calles".
Saiz ha trasladado este mensaje en un encuentro organizado en Bilbao por la Fundación Ramón Rubial para presentar el informe "La vulneración de los derechos humanos en las redes", un estudio que analiza los riesgos estructurales de la actividad digital y su impacto en la juventud vasca.
La mesa redonda, conducida por la presidenta de la fundación, Eider Gardiazabal, ha contado también con la presencia de dos representantes de Smartup, encargada del estudio, Beatriz Mateos y Lidia Acin, y de la catedrática de Sociología de la Universidad de Deusto, María Silvestre.
El informe constata que el odio online reproduce y amplifica discriminaciones que ya están presentes fuera de las redes, especialmente lo que tiene que ver con violencias machistas y racismo estructural por lo que se aboga por la monitorización continua.
El estudio advierte sobre fenómenos como la violación de la privacidad, el ciberacoso, la discriminación, la desinformación y el control monopolístico de la información. Señala, además, la especial vulnerabilidad de mujeres, niñas, adolescentes y personas LGTBI+, especialmente expuestas a discursos de odio y violencia simbólica.
En este sentido, Saiz ha trasladado que desde su Ministerio están "absolutamente alineados con el compromiso y los objetivos del informe" porque es "fundamental para hacer un buen diagnóstico y mejores políticas" ya que, ha subrayado, este tema "nos interpela absolutamente al conjunto de la sociedad".
En este punto ha subrayado que el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE) ha detectado, solo en el último mes casi 53.000 discursos con contenido de odio o racistas, con una retirada del 42%.
También se ha constatado que se dan "picos importantes en los grandes eventos, sobre todo los deportivos, y donde se constata que el 95% de los contenidos tenían "un lenguaje agresivo explícito, con insultos y con descalificaciones".
Tras afirmar que la vulneración de la privacidad se cruza con el racismo y la xenofobia, la ministra ha advertido igualmente que "la desinformación no es accidental sino un mecanismo que refuerza la discriminación y puede ser utilizado en campañas organizadas".
Saiz ha recordado que han creado un grupo de trabajo con las principales plataformas para "corresponsabilizarnos todos y ser mucho más contundentes y mucho más eficaces en la retirada, en los primeros instantes, de esos discursos que pudieran ser susceptibles de odio y evitar su difusión masiva".
"Sabemos que los bulos pueden acabar con la convivencia porque la potencialidad en redes es enorme pero también lo debe ser para defender y generar narrativas positivas en torno a los derechos humanos", ha proseguido, para añadir que desde su ministerio están comprometidos con la defensa de la intimidad y diferenciar lo que es la libertad de expresión de los contenidos que beben de la desinformación".
RIESGO PARA DEMOCRACIA
En este punto ha ahondado la socióloga María Silvestre, quien ha recordado que "el clima digital es hostil y las redes sociales fragmentan la opinión pública", lo que, a su entender "tiene un riesgo muy grande para los sistemas políticos y para la democracia".
En su opinión, "si somos conscientes como somos, de que nos engañan, de que hay muchas noticias falsas e imágenes que son manipuladas o son creadas por la inteligencia artificial, cada vez lo hace con mayor precisión, lo que se instala es la desconfianza constante hacia el prójimo, hacia el sistema, hacia lo que recibo, hacia lo que leo, hacia lo que me mandan".
Por ese motivo, ha advertido, "la desconfianza es uno de los principales riesgos que tiene la democracia como sistema político porque el modelo de bienestar que tenemos se fundamenta en un valor principal, que es la confianza, en el otro, en las instituciones, en la política; y, si se rompe la confianza, estamos estableciendo una quiebra muy importante en nuestro modelo de bienestar político y económico".
Tras alertar de que también se constata que "quienes avanzan los discursos de odio, luego se esconden y lo justifican desde la libertad de expresión, ha abogado por una regulación normativa y jurídica, pero también ética porque esos discursos, "no son algo que se ha generado de la nada y de repente establecen unos ámbitos de riesgo, de desigualdad y discriminación porque no es así".
Además, el hecho de que la mayoría de quienes perpetran discursos de odio o ataques sean hombres y que la mayoría de quienes sufren sus ataques, sean mujeres o personas no normativas o vulnerables permite entender cómo estamos trasladando y se está amplificando y diseminando una desigualdad estructural que se da en la vida online y que se reproduce y se manifiesta en el mundo offline".
Para Silvestre, "el entorno digital reproduce desigualdades estructurales y la juventud está expuesta a nuevos riesgos que necesitan de nuevos abordajes educativos, comunitarios y políticos, donde la prevención, la alfabetización digital y la perspectiva de género son necesarias para trabajar estas cuestiones y avanzar hacia una ciudadanía que sea digital e igualitaria".
INFORME
El estudio se llevó a cabo entre octubre de 2024 y marzo de 2025, periodo en que, mediante un modelo de escucha social, se registraron más de 2,4 millones de menciones relacionadas con mensajes discriminatorios en las redes sociales del País Vasco, lo que evidencia "la dimensión estructural del problema".
El informe, descrito como una radiografía social, también subraya los efectos psicosociales del uso intensivo de redes, la influencia de la desinformación en la polarización social y la existencia de discursos organizados misóginos, como la manosfera, con impacto entre la juventud.
Asimismo, plantea recomendaciones clave dirigidas a distintos actores de la sociedad, como fomentar en la juventud la participación digital crítica, el autocuidado y la creación de contenidos inclusivos o reforzar en la sociedad la alfabetización digital con enfoque de género.
También aboga por impulsar un acompañamiento adulto basado en la escucha y apoyar redes feministas y comunitarias; y promover entre los partidos políticos políticas integrales contra el ciberodio y la desinformación, comunicación ética y mecanismos sólidos de protección digital.