Los trabajadores suspenden a sus jefes en el 42% de los casos, según un estudio de la empresa Otto Walter

Actualizado: miércoles, 21 octubre 2009 16:09

APD Zona Norte presenta en Bilbao los resultados de las más de 4.000 encuestas realizadas por empleados de grandes y medianas empresas

BILBAO, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

Los trabajadores suspenden a sus jefes en el 42 por ciento de los casos, según un estudio de la empresa Otto Walter presentado hoy por la Asociación para el Progreso de la Dirección, APD Zona Norte, en la sede de Lan Ekintza en Bilbao.

En un comunicado, APD Zona Norte recogió los resultados de las más de 4.000 encuestas realizadas por empleados de grandes y medianas empresas españolas. Un total de 4.312 trabajadores evaluaron a 712 jefes, de los que, según sus respuestas, el 42 por ciento "no está a la altura de su puesto".

Por el contrario, los jefes, que también se autoevaluaron, se sobrevaloraron en el 59 por ciento de las ocasiones. Según el presidente de la firma Otto Walter y director de este estudio, Paco Muro, "ha quedado patente la confusión de tantos mandos directivos en cuestión de liderazgo", puesto que, según dijo, "algunos se ocupan de ser jefes sólo cuando hay que tratar algo de importancia, descuidando todo lo demás".

Según explicó Muro, se han analizado 80 comportamientos y parámetros cotidianos asociados a la gestión de personas dentro del liderazgo, y para ello se ha empleado el método de medición de calidad directiva '180º', propio de Otto Walter.

ESCASO RECONOCIMIENTO

A pesar de que Muro afirmó que el conjunto de directivos "buenos y válidos" supera el colectivo de mandos con nivel insuficiente, matizó que unos pocos jefes equivocados "bastan para generar malestar, perjudicar el clima y desmotivar al resto de la empresa".

Por ello, el baremo utilizado en la valoración de los jefes define como "bueno" a todo aquel que alcance una puntuación de 45 sobre 50. Por debajo de 35 puntos, la gestión directiva se considera de "mediocridad absoluta".

La mayoría de los encuestados señaló como peor aspecto de los jefes el escaso reconocimiento a su labor profesional. En este sentido, el 40 por ciento de los empleados no se siente valorado en su empresa.

Otro de los aspectos criticados en los jefes es el alto nivel de estrés y la "falta de tacto", y la encuesta refleja que el 44 por ciento de los jefes "no controla sus prontos y se descontrola dando más voces de lo debido". "Un mal día en el que el jefe pierde los papeles con su equipo deja heridas difíciles de cicatrizar", puntualizó Muro.

"REUNIONITIS"

Por otro lado, dos de cada tres jefes "no son capaces de cambiar fácilmente de opinión cuando se les presentan otras alternativas", según indicaron los encuestados. Además, el 45 por ciento "no tolera bien que los demás se equivoquen".

En cuanto al tratamiento de los directivos a sus empleados, el estudio indica que la coletilla "ven pacá" sigue utilizándose "en exceso", y también recoge otras quejas como el incumplimiento de horario de los trabajadores (sólo el 44% lo cumple), un "exceso de reunionitis desastrosa" o actitudes como "búscate la vida" cuando se delega "algo importante" a los empleados.

El trabajo en equipo es otra de las "asignaturas pendientes" de los directivos ya que, según este estudio, sólo el 29 por ciento de los jefes lo fomenta. A modo de conclusión, el responsable del estudio determinó que el puesto directivo "no admite mucho margen de error, ya que un 80 por ciento de profesionales válidos y un 20 por ciento de mediocres no es viable en ninguna organización", apostilló Muro.

ASPECTOS POSITIVOS

Con todo, los empleados "aprobaron" a sus jefes en algunos aspectos. Por ejemplo, el colectivo alcanzó la puntuación de 45 sobre 50 en comportamiento respetuoso y en lealtad a la empresa. "Aparte de algún pronto aislado, la mayoría de los trabajadores (82%) reconoce que sus superiores se comportan con la educación debida", apuntó Muro.

Asimismo, el 59,7 por ciento de los encuestados afirmó que contrataría a su propio jefe si fueran ellos los que tuvieran una empresa y necesitaran un buen mando en algún departamento. Por último, sólo uno de cada cuatro empleados "se arriesgaría" a cambiar de jefe en vez de seguir con el actual.