MÉRIDA, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
La obra 'Áyax', de Theodoros Terzopoulos, consigue transmitir los sentimientos de ira y rabia del héroe griego gracias a la magnífica interpretación vocal y corporal del grupo de actores, quienes muestran las distintas fases de la locura de un guerrero perdedor que se siente humillado.
El montaje del director griego, que se estrenó esta noche en el Festival de Teatro de Mérida ante unas 500 personas en el Anfiteatro Romano de la capital extremeña, destacó por la capacidad de los actores de expresar los sentimientos de traición que sufre el ser humano cuando ha sido engañado, así como la angustia de un hombre arrepentido.
El espectáculo utiliza el sarcasmo desde la primera escena y a lo largo de la obra se van alternando las risas y burlas con los llantos y la agonía. A estos elementos sonoros se suma una música que ensalza las emociones y en el texto en griego existen algunas síntesis explicativas en castellano.
Áyax es interpretado con la fuerza y la energía necesarias para que el público pueda captar las emociones del protagonista del mito, un héroe griego que buscó el honor en la guerra y fue engañado por los dioses. La traición y la humillación que siente es lo que le lleva a buscar la muerte.
A lo largo de la obra, el director hace que la tragedia griega conecte con la realidad actual, en la que el ser humano vive como en un "taller de títeres", tal y como explicó Terzopoulos al término de la representación.
Sin embargo, el montaje no explica con claridad el argumento del mito y el espectador puede perderse en el transcurso de la obra. La agonía y los lamentos se perciben sin dificultad, pero no siempre se entiende qué es lo que le ocurre a Áyax en cada una de las escenas.
Con todo esto, la obra puede gustar mucho o no gustar a según qué espectador pero el público en general disfruta de cada uno de los movimientos de las actores, lo que demuestra la importancia de la expresión corporal en teatro.
DIMENSIÓN ONTOLÓGICA DE LA TRAGEDIA
Por otro lado, Terzopoulos explicó que la obra no pretende describir una historia sino "transmitir la dimensión ontológica de la tragedia". También reconoció que podría ser una especie de "ópera moderna" y que "quizá" se ha acercado bastante a ciertos conceptos de la danza moderna.
Preguntado por su opinión del estreno, dijo que "estaba lejos" del escenario y "no veía muy bien" las expresiones, por lo que no la pudo juzgar. No obstante, apuntó que el director "nunca dice si le ha gustado o no" su obra.