Agrupación Farmacéutica Europea defiende que cada país puede elegir su modelo y dice que "no hay mejor que el español"

Actualizado: viernes, 24 octubre 2008 16:04

Capilla confía en que no se imponga el criterio unificador de la UE y no se ensaye la remodelación del capitalismo con la sanidad

BADAJOZ, 24 Oct. (EUROPA PRESS) -

El secretario general de la Agrupación Farmacéutica Europea (PGEU), John Chave, defendió hoy que cada país de la Unión Europea "debe poder decidir su modelo de farmacia, y que la pretensión de la UE de un modelo público va en contra de lo pacientes de los países europeos". En este sentido, aseguró que "no hay un sistema de farmacia mejor que el de España".

En su intervención en la clausura del XVI Congreso Nacional Farmacéutico que, bajo el lema 'El farmacéutico, un profesional cercano', se ha celebrado hasta hoy en Badajoz, Chave señaló que "en los modelos de farmacia no se pueden aplicar los criterios puramente del mercado liberalizado". Por ello, se preguntó sobre las razones que llevan a la Comisión Europea a querer cambiar ese modelo. "Estamos condicionados por los modelos económicos --se respondió--. Se piensa en la farmacia para fomentar el comercio económico y que con la liberalización se bajarán los precios, pero si tiene un mal efecto en los pacientes no importa".

A su juicio, este planteamiento "es un desastre", sobre todo con la situación económica actual, a pesar de lo cual advirtió de que "en 2009 es posible que, debido al Tribunal de Luxemburgo, pueda liberalizarse el sector farmacéutico en toda Europa y que en un año este sistema español, que funciona tan bien para los pacientes, puede cambiar totalmente". Por ello, instó a "luchar para explicar que el sistema regulado, como el español, es el modelo mejor y funciona muy bien".

El presidente de la Confederación Farmacéutica Argentina, Carlos Fernández, por su parte, testimonió lo que puede suceder con el sistema farmacéutico español si finalmente se liberaliza el mercado. Relató que tras la liberalización del mercado farmacéutico a finales de los años 90 en su país, el primer resultado de manera casi inmediata fue la subida los precios y, posteriormente, la aparición de nuevas distribuidoras a través de las que se introdujeron en el mercado, mezclados, los medicamentos legales con los adulterados y los falsos, lo que ha redundado en una peor asistencia farmacológica a los pacientes, entre los que se han producido decenas de muertes. Asimismo, se redujo la presencia de las oficinas de farmacia en los lugares poco rentables, como barrios o zonas rurales con poca población.

Fernández reconoció que ahora se está tratando de "arreglar este despropósito" con una nueva ley, con la intención de regresar al modelo que había en Argentina antes de los años 90, "muy parecido al español, que funcionaba muy bien", aunque fue realista al reconocer que "ése no volverá porque hay grupos de presión que lo van a intentar de impedir, pero al menos se pretende mejorar". De hecho, algunas provincias del país ya han legislado al respecto para facilitar el acceso al medicamento. "Políticamente hay una decisión tomada de copiar el modelo español de farmacia, pero en la practica poder implantarlo nos va a llevar muchos años", lamentó.

Ante estas intervenciones, el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, Pedro Capilla, expresó su preocupación por que esta situación pudiera repetirse en España si finalmente la Comisión Europea decide, incluso acudiendo al Tribunal de Luxemburgo como baraja hacer, imponga un modelo liberalizado único en toda Europa. "Judicializar los problemas de sanidad es ya una disfunción, una aberración", advirtió.

Capilla expresó todo el esfuerzo realizado no sólo por el sector farmacéutico español sino también por el propio Gobierno ante Europa para impedir que se cambie el modelo español. "Se han hecho informes de todo tipo, se han pedido moratorias, porque la UE pretendía haberlo solucionado en diciembre de 2006 después de haber presentado el dictamen motivado ante el Gobierno de España el dictamen motivado en el que le pedían responsabilidades sobre el porqué de la distancia, propiedad y otros aspectos de las farmacias españolas", explicó.

El presidente de los farmacéuticos españoles expresó su disconformidad por cómo se desarrolló la semana pasada en Bruselas el taller en el que las autoridades europeas escucharon a las distintas partes antes de tomar una decisión. "Fue una reunión un tanto anárquica en las que nos dieron cinco minutos para defender nuestra postura y en la que estaban representadas grandes multinacionales y asociaciones de distribución totalmente desconocidas, con la que se pretendía evidenciar que era el último contacto para demostrar que se había escuchado a todo el mundo --relató Capilla--. Pero no se ha escuchado la situación real de la farmacia, no se ha consultado a los Estados, las asociaciones de pacientes y consumidores tras dos años de trabajos. Sólo se apoyan en el artículo 43 del tratado de la Unión que habla sobre libertad de circulación y se olvidan de otros que dicen que esas limitaciones no se deben implantar si afectan a la salud y el orden público", advirtió.

"CAMBIARIA EL SISTEMA SANITARIO ESPAÑOL"

Capilla no quiso pecar de optimista, debido a lo dificultoso de la negociación, pero señaló que "los argumentos son muy fuertes y si llega al Tribunal de Luxemburgo habrá muchos temas que tratar porque el medicamento no es una mercancía, no va destinado a un consumidor sino a un paciente y el medicamento no debe promocionar porque es una aberración sanitaria". "No entendemos tanta presión y espero que el tribunal no fallará para toda Europa y que finalmente lo retire; ahora hay que remodelar el capitalismo y van a ensayarlo nada menos que en la sanidad --censuró--. Tengo confianza en los criterios de defensa del modelo porque son fuertes, pero también lo es la presión de las multinacionales", reconoció. En cualquier caso, no habrá decisión hasta la primavera de 2009 y antes se conocerá el fallo del expediente italiano, que ya está tramitándose desde hace un mes.

En cualquier caso, Capilla recuerda que en España "la farmacia está entroncada en el Sistema Nacional de Salud y si tocan esto, tocan parte del sistema y lo cambian, en definitiva. Por eso nuestro modelo no sólo lo defiende el sector, sino el Gobierno español --que se ausentó, como medida de protesta, la semana pasada al taller en el que habían sido convocadas las autoridades de los países miembros--, sino también las comunidades autónomas, que han redactado cartas de apoyo para presentarlas ante Europa".

Así, recordó que según diversos estudios, el modelo español es el mejor, ya que este país tiene el reparto mayor de farmacias de todo el mundo. El 99 por ciento de los ciudadanos tienen una farmacia donde vive y hay 2.159 municipios de menos de mil habitantes con farmacia, de ellos mil son de menos de 500 habitantes. "Esto lo dijimos en Bruselas, también que el modelo español es más para imitar q para cambiar --recordó--. Los ensayos que no se hagan frívolamente porque los casos argentino y chileno son irreversibles".

"Si el ciudadano supiera a dónde nos lleva todo esto protestaría enérgicamente, porque nos lleva a una liberalización que beneficia únicamente a las multinacionales, que se instalan sólo donde hay negocio, nunca en el medio rural, mientras que en España , donde se abren más farmacias que en resto de Europa a pesar de ser un sector regulado, y 3 de cada 4 se abren en medio rural, frente a lo que sucede por ejemplo de Noruega, desde donde la liberalización no se ha abierto ninguna en zonas rurales".

Precisamente en nombre de los ciudadanos intervino Joana Gabriele, secretaria del Foro Español de Pacientes, que afirmó que su intervención ante el tribunal europeo la percibieron "como una invitación cortés pero no se ha tenido en serio la opinión de los pacientes. La conclusión, tras seis horas de debate, fue que el interés predominante no era el de la calidad, sino altamente económico", añadió.